Domingo, 29 de junio de 2014 | Hoy
DEPORTES › ROMERO Y LOS OCTAVOS DE FINAL
El arquero argentino confía en las chances del equipo porque evolucionó en cada juego, pero respeta el poderío que tiene Suiza.
Tras llegar al Mundial con ciertas dudas sobre su potencial desempeño, Sergio Romero tuvo tres actuaciones convincentes en el arco de la Selección Argentina, aunque advierte que desde los octavos de final ya no habrá margen de error. “El cambio del Mundial es brusco desde ahora, porque cuando uno juega la zona de grupos es a sumar puntos para clasificar. Desde ahora, el margen de error debería ser casi nulo y se depende de hacer goles y que no te conviertan para pasar”, enfatiza el arquero del Mónaco en diálogo con la agencia EFE.
Con una experiencia en este tipo de torneos, Romero señala: “Ya lo vivimos en Sudáfrica hace cuatro años, donde le ganamos a México en octavos bastante bien y después recibimos aquel recordado cachetazo de la mano de Alemania”.
Sin entrar en comparaciones con aquella primera experiencia, resalta las virtudes del plantel actual: “Este es otro Mundial, con un grupo muy compacto y que demostró partido a partido que creció. Ganamos dos partidos donde no terminamos de convencer y en el último, si bien nos marcaron dos goles, mostramos otra actitud”.
Al ser consultado sobre la clave del cambio ante los africanos, Romero describe: “Frente a Nigeria se vio un equipo mucho más comprometido entre compañeros donde corrían todos, pero tuvimos la mala suerte de la molestia del Kun (Agüero) pero la buenísima de que entró el Pocho (Lavezzi) con las mismas ganas que Sergio. Eso resume el espíritu de este grupo, porque estamos todos para tirar para el mismo lado”.
En su análisis del próximo rival, el martes en el Arena Corinthians de San Pablo por los octavos de final, el ex arquero del AZ Alkmaar holandés y de la Sampdoria de Italia afirma: “Suiza es un rival europeo que juega de otra manera que nuestros rivales anteriores, que juega mucho más a la pelota. Sabemos que tiene un gran poderío, porque cuando agarra la pelota Ilner maneja los tiempos y que cuando le llega a Shaqiri puede lastimar”. “Igual estamos tranquilos y pensando en lo que podemos hacer nosotros, que preocupa a las otras selecciones, sobre todo de mitad de cancha hacia adelante. No tenemos que desesperarnos cuando tenemos la pelota, para mejorar nuestro papel en la zona de grupos para que la Selección Argentina siga avanzando”, completó.
Sobre la preponderancia de Lionel Messi en el equipo, Romero respondió: “Tenerlo a Lio en el equipo es disfrutarlo en cada entrenamiento o partido que disputamos. Tenemos que trabajar duro en defensa y dar la cuota de confianza, porque adelante tenemos cuatro jugadores como Lio, el Pipa (Higuaín), el Kun y Angel (Di María) que te pueden definir un partido. Ahora con la ausencia de Sergio están el Pocho (Lavezzi) o Rodrigo (Palacio)”.
Al describir su final de temporada previa al Mundial, Romero no se guarda nada y realiza un análisis crudo y realista: “Para mí, este año en el Mónaco fue un año atípico, muy diferente, porque desde que comencé mi carrera no tuve tantos partidos sentado en el banco de suplentes. No lo tuve ni en Holanda, ni en Italia y sí en el Mónaco en un paso que acepté dar, sabiendo que me la jugaba contra viento y marea”.
“Era consciente de que llegando la última semana es normal que vas a sentarte en el banco de suplentes, más con un arquero que también era de selección y que había jugado la temporada de Serie B como Danijel Subasic. Pero lo dije desde aquel último amistoso en Rumania que mi cabeza funcionaba pensando que el domingo jugaba y que está el Mundial por delante”, enfatizó.
“La figura en Argentina siempre es el grupo. Estoy tranquilo y contento, y desde fines de febrero estoy trabajando para este Mundial y le hice notar al cuerpo técnico de la selección en cada convocatoria que estaba listo tanto física como mentalmente”, contó Chiquito respecto de sus meses en Francia antes de sumarse a la selección albiceleste.
Por último, se refirió a la posibilidad de sentirse por primera vez “realmente visitante” en San Pablo, ante Suiza, por el público local: “Las rivalidades entre las hinchadas es uno de los problemas que tendrían que haberse visto de antemano, porque eso en Europa no sucede. Todos los sudamericanos tenemos un sentimiento por el fútbol que es incontrolable. Si voy a ver a mi selección sabiendo que la mayoría de los espectadores son brasileños, uno no puede gritar fuerte porque ellos te van a levantar los cinco dedos de una mano porque ganaron cinco campeonatos del mundo”.
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