La final de la Copa América que mañana, desde las 17, animarán en el Estadio Nacional de Santiago las selecciones de Argentina y Chile tendrá a los mejores equipos del torneo como protagonistas. Así lo han demostrado a lo largo de las cinco presentaciones previas al encuentro definitorio, aunque en ambos casos recién en las últimas dos actuaciones mostraron lo mejor de sus individualidades y su juego colectivo. Unos dos mil hinchas argentinos, se estima, podrán ver el partido en la capital chilena que en caso de ganar el equipo de Gerardo Martino significará el primer título para el equipo nacional en la era de Lionel Messi.

Justamente la condición de visitante es el único punto débil del combinado argentino frente a su par chileno. El Estadio Nacional cuenta con una capacidad para 48 mil espectadores y los argentinos serán apenas un pequeño grupo de entusiastas dentro de una gran marea roja. Claro que ese entusiasmo tiene sus razones en el hecho de que la Selección, a lo largo del todo el certamen continental, ha demostrado prácticamente en todos los rubros estar un paso por delante de su rival de mañana.

Si se realiza una radiografía de lo hecho por el equipo de Martino –que en la final no podrá contar con su ayudante de campo Jorge Pauta- sso, quien recibió tres fechas de suspensión– y se compara en los mismos rubros con la producción de los dirigidos por Jorge Sampaoli, la balanza se inclina claramente a favor de la celeste y blanca.

En el rubro pases, Argentina lidera el ranking de la competencia con 2347 entregas correctas y 212 fallidas; mientras que Chile suma 1677 pases correctos y 170 incorrectos. Entre los jugadores del equipo nacional, pero liderando además el ranking general, se impone Javier Mascherano, con 334 pases bien dados y 30 fallidos; luego se ubica Messi (237/24); Ezequiel Garay (235/14) y Javier Pastore (215/31), mientras que el mejor pasador chileno es Gary Medel (196/12), delante de Jorge Valdivia (160/28). La diferencia en los valores absolutos se reduce sensiblemente si lo que se toma como referencia es la efectividad: en ese caso, la Selección supera a Chile por un punto, con un registro de 92 por ciento.

Otro punto a favor del equipo nacional son los remates al arco. Argentina totaliza 74 disparos (Me- ssi, 21; Agüero, 12; Di María, 12; Pastore, 11; entre otros), contra 66 de los locales (Alexis Sánchez, 18; Vargas, 13, Vidal, 12, Valdivia, 8...). Mientras que, entre los goleadores, Vargas, con cuatro, supera al máximo goleador de Argentina, Agüero, que suma tres. Y ambos equipos empatan en la nómina de máximos asistidores, donde Messi y Valdivia, sin dudas los mejores jugadores de ambos conjuntos, suman tres unidades cada uno.

Hay tres rubros en los que Chile supera a la Argentina. Los locales sumaron 13 goles en seis partidos, contra 10 del equipo nacional, y fueron más efectivos si se toma como referencia el hecho de haber marcado más goles con una menor cantidad de disparos (66 para la Roja, contra 74 de la celeste y blanca). Y se imponen además en el rubro recuperación, con 162 pelotas contra 145 del equipo nacional, aunque esto se explica por sí solo en el altísimo porcentaje que la Selección tiene de posesión de pelota por partido. De lo que tendrá que cuidarse Argentina frente al árbitro colombiano Wilmar Roldán, elegido por la Conmebol para el partido definitorio, será de las faltas: a lo largo del torneo los argentinos vieron 12 tarjetas amarillas y una roja para el DT, Martino; mientras que los chilenos vieron nueve, y una roja, la de Matías Fernández sobre el final del primer partido del Grupo A, frente a Ecuador.