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“Nunca dirigí a un equipo grande.” Con esta ironía, Osvaldo “Chiche” Sosa dejó su cargo en Independiente, que ayer derrotó por 1-0 a Chicago en Mataderos, en la última fecha del Apertura. El entrenador saliente confesó además que se siente “arrepentido” de haberse vinculado al club de Avellaneda. Fue un cierre más caliente que un encuentro discreto que reflejó la pobre imagen que ambos equipos dejaron en el Apertura. En una desafortunada jugada, Testa, en contra de su valla, señaló el único tanto del partido, a los 13 del primer tiempo. Al final, los hinchas de Chicago despidieron con insultos al técnico, Patricio Hernández, que presentó la renuncia en los vestuarios.
Independiente trató de hacerse con la iniciativa del juego. Se adelantó en campo rival y mostró una actitud ofensiva. Chicago, impulsado por la imperiosa necesidad de sumar para alejarse de la zona de descenso directo, apostó al contragolpe. Un centro al área local, que parecía no tener demasiadas complicaciones, fue desviado hacia el arco por Testa cuando intentaba rechazar y se convirtió en el único gol del partido. Ante el fastidio y la presión que manifestaba su parcialidad, Chicago se lanzó en busca de la igualdad, y los roles se invirtieron. Fue entonces Independiente el que se retrasó para esperar a un rival que exhibió muy pocas variantes ofensivas.
No obstante, antes de que terminara el primer tiempo, el conjunto de Mataderos marcó un gol que el árbitro Brazenas invalidó por una inexistente mano de Sanabria. En el complemento, los hasta ayer dirigidos por Sosa tuvieron varias oportunidades para aumentar la ventaja pero no pudieron concretar ninguna. Finalmente, Sosa se despidió con una alegría y toda la bronca.