Lanús volvió a demostrar ayer que es un serio aspirante al título del torneo de Primera División, que lo tiene como único líder de la zona 2. Derrotó por 3-0 a Newell’s en La Fortaleza, con dos tantos de Román Martínez, uno en cada tiempo; y otro de Sand, de penal, sobre el final.

Las realidades distintas entre el puntero Lanús y Newell’s –ubicado en la parte baja de la tabla y venía de perder los tres partidos que jugó como visitante, uno de ellos frente a Central–, se plasmaron prácticamente desde en el arranque del encuentro. Los rosarinos buscaron protagonismo a partir del trabajo de sus volantes, aunque los intentos ofensivos de Maxi Rodríguez, Advíncula y Boyé perdían fuerza en los últimos metros, donde se imponían los defensores locales, que cortaban y salian jugando la pelota segura para que volantes y delanteros, con pases cortos y precisos, arrimaran peligro sobre el arco rival. Por esa vía los dirigidos por Almirón generaron dos buenas chances –con Sand, Acosta y Mouche como protagonistas excluyentes–, que no prosperaron por poco.

Newell’s se soltaba sólo por momentos, y cuando lo hacía crecía e inquietaba. Para contrarrestar esos pasajes, Lanús parecía necesitar un mayor aporte de sus mediocampistas. Cuando aparecieron Román Martínez y Almirón, entonces sí logró ser más profundo y comenzó a sumar nuevas oportunidades de gol: un remate frontal de Almirón, habilitado con pase atrás de Acosta, que rebotó en la cara de Mateo y un disparo suave de Sand, que fue a parar a las manos de D’Angelo, quien sobre el final le volvió a tapar otro remate, tras un jugada de tiro libre.

El gol del Granate estaba a la vuelta de la esquina y finalmente llegó, a los 44, a través de Martínez, que se metió dentro del área para finalizar una buena jugada colectiva que se armó entre Gustavo Gómez y Sand.

En la segunda parte, Lanús hizo lo que sabe hacer: controlar la pelota y cuidar la diferencia, a la espera de nuevas oportunidades de contraataque. Mientras que los rosarinos –que con el ingreso de Scocco ganaron un poco más de peso ofensivo– se desesperaban en la búqueda del descuento. Estuvo muy cerca de lograrlo Boyé, en el comienzo del complementario, pero Monetti le ahogó el grito.

En ese trámite, el conjunto comenzó a aprovechar los espacios que se le generaban y a acercarse cada vez más al segundo. A los 65, otra vez Martínez apareció para ampliar la ventaja con un remate desde el punto de penal tras una serie de rebotes dentro del área de Newell’s. Y a los 80, Sand, a quien D’Angelo había tenido de hijo en los mano a mano, encontró su desquite de penal, tras una falta de Insúa –expulsado por doble amarilla– sobre el Laucha Acosta.