DEPORTES
Son muchos los argentinos que esperan a Beckham
Lionel Scaloni, con quien protagonizó un incidente en el fin de semana, afirmó que ya lo va a “volver a cruzar”. “Otro al que no le gusto”, dijo el inglés, que para colmo hoy se las ve con el Leganés...
Ahora que juega en el Real Madrid y vive en España, a David Beckham podrían hacerle escuchar esa melodía de Joan Manuel Serrat en la que el catalán tararea “entre esos tipos y yo hay algo personal...”. Porque el inglés, sin duda, sostiene una relación especial con los futbolistas argentinos, que comenzó una noche de 1998 en Saint-Etienne, que vivió su último episodio el domingo pasado, con Lionel Scaloni, que le quiso pegar en la cancha y ayer aceptó que se lo “quería comer crudo”, y que presumiblemente tendrá su punto hoy, cuando el Real se mida, por la Copa del Rey, contra el Leganés repleto de argentinos. “Pero que Beckham se quede tranquilo –dijo ayer Federico Domínguez, lateral del equipo que gestiona Daniel Grinbank–. Somos argentinos, pero Beckham no tendrá problemas.”
“Antes del partido no sabía que Scaloni era argentino –comentó Beckham el lunes–, ahora ya sé que es otro argentino al que no le gusto.” Las desventuras del inglés con los argentinos comenzaron en el Mundial 1998, en el partido entre la Argentina e Inglaterra. Beckham le pegó una patada a Diego Simeone, el ahora volante del Atlético Madrid sobreactuó, y el árbitro expulsó al británico.
El segundo episodio tuvo lugar cuando el rosarino Aldo Duscher fracturó sin intención al inglés y casi lo deja sin Mundial 2002. Beckham pudo jugar y participó del encuentro en Sapporo entre ambas selecciones, que los ingleses ganaron 1-0 con un gol de penal de Michael Owen.
El domingo, en el estadio Santiago Bernabeu, el Madrid le ganó 2-1 a La Coruña, en el que jugaba Duscher y también Lionel Scaloni, un jugador de carácter temperamental pero leal. El equipo gallego buscaba descontar cuando Scaloni empujó a Beckham para robarle la pelota, y el inglés respondió con una patada. La pugna se prolongó en el suelo. Hubo puñetazos perdidos y el árbitro les mostró la tarjeta amarilla a ambos.
“Fue una calentura del momento –contó ayer el ex puntero de Estudiantes–. Faltaban dos o tres minutos, chocamos con Beckham en el mediocampo; caímos al suelo; él me amagó tirarme un patada... yo me lo quería comer.”
El árbitro del partido les sugirió que se dieran la mano; Beckham estiró la suya, pero Scaloni se la negó “porque me pareció que era un gesto falso”. El inglés respondió con un gesto que alimentó la ira del argentino. “Pero mientras nos íbamos al área del Madrid, a cobrar la falta, me miró y se tocó los genitales. ¿Qué tengo que pensar de eso? Por eso, al final del partido me volví otra vez a buscarlo en el medio del campo de juego, para agarrarlo.” Ahí se produjo otra situación enojosa.
“No me arrepiento de nada –reconoció ayer Scaloni–, no me gustó lo que hizo tocándose los genitales y puteándome en inglés, pero ya lo voy a volver a cruzar”, prometió. “Beckham es un gran jugador, siempre destacamos que es un buen futbolista y lo querría en mi equipo, pero después de esa jugada... Al que tiene un poco de sangre esto le tiene que ocurrir un poco seguido en los partidos.”
Para el partido de esta tarde, buscando una plaza en los octavos de final de la Copa del Rey, Carlos Aimar alistará nueve argentinos entre los once titulares del Leganés, que recibe al Madrid en el estadio municipal de Butarque: el arquero Bernardo Leyenda, los defensores Martín Vitali, Javier Muñoz Mustafá, Lucas Alessandria y Federico Domínguez; los volantes Julio Pietravallo, Claudio Marini y Pablo Rodríguez, y el delantero Pablo Calandria. Se descuenta que en las tribunas habrá muchos argentinos apoyando al Leganés.
“No sé si Beckham va a jugar –dijo ayer Domínguez–, pero si lo hace no va a tener ningún problema con nosotros. Lo que pasó el otro día con Scaloni son cosas que ocurren en el fútbol, y que fuera con un jugador argentino fue una casualidad, podía haber ocurrido con otro jugador de cualquier otra nacionalidad.”