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El día en que el Senado íntegro rindió su homenaje a Pontaquarto

Cuando el ahora arrepentido dejó su cargo de secretario parlamentario hubo una sesión en su homenaje. Peronistas, radicales y hasta críticos compitieron en los elogios. Qué dijo cada cual.

 Por José Natanson

“Ha cumplido con total eficiencia, mucha lealtad y gran nobleza las tareas a su cargo”, aseguró el peronista Eduardo Menem. “Su comportamiento ha sido de corrección, honestidad y honorabilidad”, agregó Héctor Maya. “(Su cargo) no es tarea fácil, sino que está librado al espíritu de aquellos que tienen no sólo una cultura política sino también cierta superioridad ética”, lo alabó el radical Pedro Villarroel. “Estoy seguro de que su actividad en la política y en la vida va a seguir con tanto éxito como siempre”, pronosticó Roberto Ulloa. Las frases fueron pronunciadas el 18 de octubre del 2000, en la increíble sesión de despedida de Mario Pontaquarto como secretario parlamentario del Senado.
El primer arrepentido del escándalo de las coimas renunció a su cargo como parte de una tibia política de renovación, que incluyó el desplazamiento de sus dos padrinos políticos: el presidente provisional, José Genoud, y el jefe del bloque del PJ, Augusto Alasino. Fue en octubre del 2000, cuando el escándalo había provocado la renuncia de Chacho Alvarez y amenazaba con arrasar con buena parte de la clase política.
Al final, los senadores no tuvieron más remedio que dejar caer a Pontaquarto, al que de todos modos ofrecieron una sentida despedida. Por eso, si el Senado era una asociación ilícita dedicada a la compraventa de leyes, y Pontaquarto su principal operador, la sesión de despedida funcionó como metáfora de un sistema del que participaban distintos partidos: aquel día hablaron dos peronistas, un radical y un representante de las fuerzas provinciales.
El primero fue Eduardo Menem. “Quiero expresar mi reconocimiento a la labor desempeñada por Pontaquarto en la Secretaría Parlamentaria. Desde mi cargo de presidente provisional lo he tenido durante mucho tiempo como colaborador. Ha cumplido con total eficiencia, mucha lealtad y gran nobleza las tareas a su cargo”, sostuvo el hermano del ex presidente.
A continuación, Menem destacó la imparcialidad de Pontaquarto. “Debo manifestar con toda sinceridad y franqueza que nunca en el ejercicio de esa función lo he visto inclinar la balanza en favor de su bloque”, sostuvo el riojano, y aseguró que Pontaquarto tuvo “prudencia, cautela, equilibrio y sobriedad en el manejo del trámite parlamentario”.
Luego de calificarlo como un “eficaz colaborador” y “eficiente agente”, Menem destacó su trabajo a nivel internacional en la Unión Interparlamentaria, de la que fue secretario en varias oportunidades. “Actuó con toda corrección y mucha eficiencia. Se desempeñó como un celoso defensor de los intereses del grupo parlamentario argentino”, aseguró Menem. Y concluyó: “Estas no son las palabras de circunstancia que se suelen pronunciar cuando alguien se va del cargo. He encontrado en Mario Pontaquarto a un hombre que en su desempeño en el cargo fue irreprochable y por eso merece todo mi reconocimiento”.
Menem fue el primero en hablar, pero no fue el único. Algunos de los senadores involucrados en el escándalo –Alasino y Remo Costanzo, entre otros– estaban presentes en la sesión. Sin embargo, prefirieron dejar la última defensa de Pontaquarto en manos de uno de los pocos legisladores que votaron en contra de la Reforma Laboral.
Héctor Maya fue uno de los opositores más acérrimos al proyecto, quizá para marcar diferencias con Alasino, su eterno adversario en la interna del PJ de Entre Ríos, y hasta fue señalado como el autor del famoso anónimo que denunciaba el escándalo. En la sesión del 18 de octubre, sin embargo, Maya pronunció un discurso de despedida.
“Creo que Pontaquarto ha sido víctima de un tiro por elevación. Su comportamiento como adversario político durante nuestro gobierno, y ahora también, ha sido de corrección, honestibilidad y honorabilidad. Para él y para su militancia política es justo que nosotros como adversarios digamos que además se ganó el respeto y el reconocimiento”, señaló Maya.
Después, calificó de “sórdida injusticia” las acusaciones contra Pontaquarto. Le pidió contener su “rebeldía e impotencia”. Y pronosticóque será la Justicia la que aclare la situación. “Logrará el reconocimiento que hoy tiene, no sólo de sus propios correligionarios sino también de la mayoría de sus adversarios.”
Pedro Villarroel ingresó al Senado como representante del Frente Cívico y Social catamarqueño. Aunque no se integró formalmente al bloque de la UCR, es un radical de toda la vida y en la sesión de despedida habló como representante de su partido.
“No se debe guardar silencio cuando un funcionario anuncia su retiro y cuando se ha tenido la oportunidad de dar testimonio sobre la regularidad y bondades de su desempeño”, sostuvo Villarroel, y a continuación explicó en detalle la complejidad del cargo que ejerció Pontaquarto. “No es tarea fácil, sino que está librada al espíritu de aquellos que tienen no sólo una cultura política sino también cierta superioridad ética, saber medir exactamente cuál es el concepto de la lealtad. La lealtad, mal entendida por algunos, no es ni el servilismo ni la obsecuencia sino que es ajustarse a la norma, no sólo a la norma jurídica sino también a la política, lo cual exige equilibrio. Ese equilibrio lo he visto cumplido con Pontaquarto. El cargo tiene una responsabilidad institucional a la que ha contribuido a hacer honor”, aseguró Villarroel.
Ex gobernador de Salta durante la última dictadura, Roberto Ulloa consiguió su banca en representación del Frente Renovador. En la sesión de octubre, Ulloa fue la voz de los partidos provinciales, agrupaciones de orientación más o menos conservadora que a lo largo de las dos décadas de democracia funcionaron como variable de ajuste parlamentaria del PJ y la UCR, en general a cambio de beneficios para sus distritos.
“El silencio, que puede ser sabiduría y prudencia, también puede ser necedad si calla la gratitud. De manera que quiero expresar taxativamente mi gratitud hacia las permanentes atenciones y colaboración que ha tenido el señor Mario Pontaquarto. Le deseo el mejor de los éxitos y lamento su alejamiento. Estoy seguro de que su actividad en la política y en la vida va a seguir con tanto éxito como siempre”, pronosticó Ulloa el futuro de Pontaquarto.

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El entonces senador, hoy gobernador José Luis Gioja, más que sonriente y afectuoso, abraza al radical Pontaquarto. Eran otros tiempos.
 
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