Miércoles, 30 de marzo de 2016 | Hoy
DEPORTES › OPINIóN POR FACUNDO MARTíNEZ
Por Facundo Martínez
Después de ver el partido frente a Chile, en el que Lionel Messi fue marcado con rigor y presionado constantemente, al punto de no dejarlo prácticamente patear al arco, y de ver el partido de anoche, en el que ocurrió todo lo contrario, queda claro que cuando el capitán de la Selección tiene espacio y se ilumina puede lastimar en serio a los rivales. Ayer lo sufrió Bolivia, que viene a ser junto a Venezuela como la Cenicienta de esta eliminatoria sudamericana para el Mundial de Rusia 2018, y lo disfrutaron todos los argentinos.
Messi marcó su territorio desde el arranque. Burló constantemente su marca, generó sus propios espacios para jugar la pelota segura a sus compañeros y terminó siendo fundamental para inclinar la balanza del partido a favor de la Selección. De una asistencia suya nació el primer tanto del encuentro, luego ejecutó el penal que le cometieron a Banega y consiguió su gol número 50 con la camiseta argentina en el seleccionado mayor (tiene 13 más con los seleccionados juveniles).
Con esa marca, el líder absoluto del equipo del Tata Martino quedó a sólo cuatro tantos del máximo goleador histórico de la Selección, Gabriel Batistuta, quien jugó 78 encuentros para el equipo nacional y lo hizo por última vez en el Mundial de Corea-Japón 2002. Messi necesitó 107 partidos para llegar al medio centenar de goles, cifra que inauguró al anotar el último tanto del 6-0 frente a Serbia y Montenegro en el Mundial de Alemania 2006. El podio de goleadores lo completa Hernán Crespo, con 35 gritos en 64 partidos.
Además de acercarse a Batistuta, con el partido de ayer el crack del Barcelona consiguió desplazar a Diego Simeone del segundo puesto de la lista de jugadores con mayor cantidad de presencias en el seleccionado argentino. El ahora DT del Atlético de Madrid alcanzó 106 encuentros, mientras que Javier Zanetti lidera esta nómina con comodidad y una marca de 146 partidos disputados.
Messi completó su gran noche con una asistencia inmejorable para el Pipita, que no la terminó bien, sobre el final de la primera parte. Tuvo una chance de gol promediando el segundo tiempo, cuando conectó de cabeza un centro de Mercado y se le fue apenas desviado, y sobre el final del partido estuvo muy cerca de anotar el tercero de tiro libre, pero el arquero Lampe desvió el remate con lo justo por arriba del travesaño. Ese es el Messi que los argentinos quieren ver dentro de la cancha, y anoche apareció para hacer la diferencia.
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