[cerrar]

Comparta esta nota con un amigo

E-Mail de su amigo
Su nombre
Su E-Mail

Estaba listo el cambio. Sin embargo, Néstor Gorosito tuvo la corazonada y lo dejó en la cancha. Y Leandro Romagnoli no le falló. Con un chanfle perfecto, el volante, justo en su retorno, metió un golazo que resultó clave para que San Lorenzo venciera 2-0 a Chacarita en San Martín. Sobre el final aumentó el chileno Patricio Ormazábal.
Para sacarse de encima los nervios del debut y la presión de candidato, San Lorenzo utilizó la fórmula del protagonismo. Con la sociedad que insinuaban Cornejo y Romagnoli, el conjunto de Gorosito salió decidido a hacerse dueño del trámite, sin importarle lo que planteara su rival. Por eso, en ese inicio arrinconó a Chacarita contra su arco y le generó varias chances de gol. Un cabezazo de Carreño que salió apenas desviado y un globito de Luna que Aguilar rechazó sobre la línea fueron las dos chances más claras y una muestra perfecta de la diferencias que había en ese momento en la cancha.
Sin embargo, a medida que transcurrían los minutos, Chacarita fue encontrando la fórmula para emparejar el desarrollo. Consiguió dividir la tenencia de la pelota, trabó la salida limpia que había exhibido San Lorenzo y cortó los circuitos ofensivos de su rival. Si bien no generó demasiado peligro, al menos Burtovoy ya no pasó tantos sobresaltos como en el comienzo del juego. Igualmente, en todo momento la sensación reinante era que el conjunto visitante estaba más cerca de colocarse en ventaja.
Pese a la baja de Pompei –afectado por un inconveniente familiar– Chacarita salió más decidido en el segundo tiempo. Incluso tuvo una gran ocasión de ponerse en ventaja cuando Graf apareció habilitado por la derecha, pero su potente remate fue bien desviado por Ramírez. Obligado por un resultado que no le convenía, San Lorenzo se adelantó en la cancha y retomó la iniciativa. Claro que eso no era suficiente, ya que Chacarita se defendía con acierto. Hasta que apareció Romagnoli y decidió cambiar la historia. En un tiro libre que parecía más apropiado para un zurdo, el volante –que iba a ser reemplazado en ese instante– remató con comba por arriba de la barrera y clavó el derechazo pegadito al travesaño. Un golazo. Demasiado impacto para que Chacarita reaccionara en los pocos minutos que restaban. El tanto de Ormazábal fue de yapa.