DEPORTES
Racing y Unión jugaron muy feo
Fue un empate sin goles producto de la desprolijidad, la falta de ideas y la ineficacia de los dos equipos.
Fue un partido horrible. En cierto momento del segundo tiempo, parecía uno de esos juegos infantiles de cumpleaños, en que los pibes tratan de mantener un globo en el aire a las patadas. Eso parecía que intentaban hacer los jugadores de Unión y Racing. Y en general lo consiguieron. Sobre todo en la etapa complementaria, cuando prácticamente Racing no llegó al arco de Nereo Fernández sino a través de desbordes inconclusos de Milito y ollazos; y Unión sólo puso la pelota en el piso el rato que estuvo Capria en la cancha, que no fue mucho rato. El primer tiempo había sido mucho más entretenido, al menos en las llegadas respectivas, que fueron varias con predominio de los locales. Pero la imagen que quedó –y con razón– fue la de desorden, falta de ideas, golpes e ineficacia. Un puntito para cada uno y ninguna alegría.
Unión valora como de oro cada uno de los puntos que consigue, teniendo en cuenta que debe salir de una situación asfixiante. Racing, en carrera desatada hacia arriba, venía en busca de su sexta victoria consecutiva que le permitiera arrimarse a River anticipadamente. Unión hizo lo suyo entonces y el local, lógicamente, se paró a lo Racing: para adelante, mirando el arco rival, empujando mucho y jugando poco. Por el lado del Unión de Griguol, muchas precauciones, planteo con dos delanteros –Ruiz por afuera y Reggi por adentro– y la que pudieran inventar de fútbol el chiquito Israilevich y Norberto Fernández. Por el de los de Merlo, la turbulencia en el medio, la seguridad de Campagnuolo, alguna luz en Milito y nada más.
Durante el primer tiempo se vio lo mejor: Racing tuvo tres cabezazos francos que no aprovechó. Sobre todo el de Milito a los 34, que se le fueapenas. Por el lado de Unión, que ganaba por el lateral de Vitali, hubo un par de centros rasantes al área chica que sólo necesitaban que alguien la tocara. Vedoya metió un empujón providencial que salvó a Campagnuolo que ya no llegaba. Y eso fue todo. En el segundo, Unión apretó más y Racing se confundió progresivamente. Atacó turbiamente y se expuso a la contra. Hubo un par de salvadas providenciales del arquero de Racing –una ante volea de Fernández, un manotazo tras centro rasante de Capria– y sobre el final aproximaciones sin luces del campeón. Nada salvó el partido.