DEPORTES
Los tenistas argentinos parecen estar condenados al éxito en París
Otra jornada perfecta en Roland Garros: Coria, Chela y Paola Suárez ganaron con facilidad y avanzaron a octavos de final.
Sebastián Fest
Desde París
¿Será esta vez? El tenis argentino tiene pendiente desde hace 25 años la conquista de un torneo masculino de Grand Slam, y cada día que pasa en París, sus jugadores fortalecen la impresión de estar listos para poner fin a la espera. Guillermo Coria y Paola Suárez siguen sin perder un set, y a Juan Ignacio Chela parece que no se le escapará la oportunidad de escalar al menos hasta semifinales, en un cuadro sumamente abierto en su sector.
¿Está mal preguntarte por las semifinales? “No, está bien. ¡Ojalá!”, respondió un sonriente Chela tras derrotar 6-4, 6-4, 4-6, 6-3 al veterano español Alex Corretja. “Me gusta ser favorito, no me molesta. Hoy, en el final del partido, estaba más tranquilo que en el comienzo. Roland Garros es mi torneo preferido, y se juega en mi ciudad preferida”, continuó el número 22 del mundo, que llega por segunda vez en su carrera a los octavos de final de un Grand Slam. Su próximo rival será el francés Olivier Mutis, que venció 6-0, 6-2, 6-3 a su compatriota Fabrice Santoro, que pagó sin dudas el costo físico de las más de seis horas y media del partido record que jugó ante otro francés, Arnaud Clement.
Suárez, vencedora 6-3, 6-3 de la ucraniana Tatiana Perebiynis, tiene un duelo “exótico” en octavos, ya que se medirá con Zhie Zheng, la primera china en la historia que alcanza los octavos de final de un torneo de Grand Slam. “Estoy muy contenta, porque con la derrota de Justine Henin se me abrió bastante el cuadro. No sé si podré seguir más allá de cuartos, prefiero ir paso por paso”, comentó la argentina, que sigue en carrera también en dobles.
Pero la gran esperanza argentina se llama Coria, y el 6-3, 6-1, 6-2 que le aplicó al croata Mario Ancic sirvió para que su aura de candidato brille más aún. “Estoy contento de haber ganado rápido un partido que era difícil. Las cosas se están dando mejor de lo esperado. Viene todo perfecto, no me estoy desgastando y estoy guardando energía para la segunda semana”, admitió el número tres del mundo, que vive el torneo mucho más relajadamente que hace un año. “Lo manejo mucho mejor. Camino por la ciudad, prefiero irme lejos a despejar. Y veo muchas películas de acción en mi computadora”, describió Coria, que sigue contando con el fundamental apoyo de su esposa y su madre, que se encargan de cocinarle a diario sus platos preferidos. “Carla, mi esposa, está siempre para tirarme buena onda, buenos consejos. Con tu entrenador sólo hablás de tenis y fútbol. Con ella, en cambio, podés hablar de otras cosas.”
La “buena onda” es de Carla Coria, pero todo indica que no de David Nalbandian, que se ganó un poco deseable “reconocimiento” de la prensa internacional acreditada en Roland Garros: el “premio limón”. Concedido a aquellos que muestran las relaciones más difíciles, menos simpáticas y predispuestas con la prensa, el “premio limón” fue monopolizado durante años por el chileno Marcelo Ríos, que lo ganó en cinco ocasiones.
Nalbandian tiene hoy una buena oportunidad de olvidarse del premio ganando su partido de tercera ronda ante el austríaco Stefan Koubek. Otros dos argentinos se presentarán hoy buscando un lugar entre los 16 mejores del certamen. Gastón Gaudio se enfrentará al sueco Thomas Enqvist, ante el que tiene una buena ventaja en el historial de enfrentamientos personales, y Gisela Dulko, una de las revelaciones del torneo, se medirá con la japonesa Shinobu Asagoe. Dulko confesó que no saca la cuenta, pero si a los 27 años de Asagoe se suman los 32 de Conchita Martínez y los 47 de Martina Navratilova, la argentina de 19 años habrá enfrentado en sus tres primeros partidos nada menos que 106 años de tenis, o, con estricto cálculo matemático, a cinco “Dulkos” y media.