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Con un pasivo de 25 millones de pesos, Talleres de Córdoba ingresó ayer en un proceso de quiebra, según lo confirmó el juez Carlos Taleb, quien atendió el pedido de quiebra de los directivos del club frente a la imposibilidad de saldar las deudas de la entidad por “encontrarse en cesación de pagos”. En un principio, el club, cuyo equipo de fútbol milita en la B Nacional, pasará a ser conducido por un fideicomiso, luego del cual podría llamarse a licitación para un futuro gerenciamiento.
“Esta no una quiebra por la cual se vaya a liquidar bienes o se haga desaparecer el club sino que, por el contrario, pasará a tener una campana de protección en el intento por salvar su patrimonio”, explicó el magistrado, quien manifestó que en este caso se aplicó la Ley 25.284 de salvataje de entidades deportivas, cuya instrumentación supone una nueva administración a través de un órgano fiduciario, integrado por tres personas (un contador, un abogado y un idóneo deportivo), que serán elegidas de una lista de 30 inscriptos, quienes entre otras funciones tendrán que investigar si existieron irregularidades durante las gestiones de las últimas tres comisiones directivas del club.
“La Ley de Salvataje fue creada para reorganizar a las instituciones quebradas, reacomodar sus finanzas y equilibrar ingresos y egresos, algo que deberá efectuar el órgano fiduciario bajo el control del tribunal correspondiente”, puntualizó el juez. Cuando asuman los fideicomisarios “seguramente se encontrarán con la dificultad de la falta de fondos, ya que solamente podrían contar con unos 150 mil pesos pendientes por publicidad”, explicó el magistrado, quien no descartó un futuro gerenciamiento, tal como sucedió con el otro gigante cordobés, Belgrano.