DEPORTES

El boxeo se queda sin ring en el Luna Park, que se pondrá a la venta

Los consejeros de la propietaria, Ernestina de Lectoure, le recomendaron el traspaso a un grupo que edificaría en Corrientes y Bouchard.

 Por Daniel Guiñazú

Fuentes ligadas a la conducción del estadio Luna Park confirmaron a Página/12 que un grupo de abogados y contadores que asesora a su propietaria, Ernestina de Lectoure, aconsejó la venta del mítico escenario de Corrientes y Bouchard a un importante grupo empresario argentino, que ofreció una suma millonaria en dólares para construir allí un complejo habitacional de lujo, similar a los que se levantan en Puerto Madero. La decisión final se encuentra subordinada al delicado estado de salud de la dueña, pero habría consenso para concretar la operación, que dejaría al deporte argentino (y a la ciudad de Buenos Aires) sin uno de sus iconos históricos.
No es un mal momento comercial para el Luna Park. El estadio tiene todos los fines de semana ocupados con espectáculos hasta octubre de 2005 y, en el último trimestre de 2004 también sirvió como escenario de cenas y convenciones de importantes firmas. Sin embargo, la magnitud de la propuesta económica es tal, que los profesionales recomiendan aceptarla e iniciar a la brevedad conversaciones con las autoridades del grupo oferente para cerrar trato el año próximo. De todos modos, la última palabra sobre el tema la tiene quien fuera la esposa de José “Pepe” Lectoure, fundador de la empresa junto con Ismael Pace, y la tía de Juan Carlos “Tito” Lectoure.
Desde que un grupo de cuatro personas se encarga de la programación y administración del estadio, el boxeo ha perdido prioridad en las carteleras. A tal extremo que no hay fechas disponibles para la realización de reuniones pugilísticas, que la nueva conducción desaconseja por entender que sus resultados económicos no son satisfactorios. Ernestina de Lectoure ratificó el criterio que sustentan las nuevas autoridades en contra de la opinión de Esteban Livera, el actual coordinador general, y prefiere que el Luna Park continúe funcionando como hasta ahora, a la manera de un teatro que alberga los shows musicales más importantes de la ciudad. La única excepción podría ser la realización del festival KO a las Drogas, que se llevaría a cabo en mayo o junio de 2005 en Corrientes y Bouchard, bajo el patrocinio de la Asociación Mundial de Boxeo. La empresa se limitaría simplemente a alquilar el estadio, sin asumir riesgos económicos por la promoción.
Luego de peregrinar por varios puntos de Buenos Aires (Rivera al 600, Corrientes 1065), el Luna Park comenzó a funcionar en la manzana que delimitan las avenidas Corrientes y Madero y las calles Bouchard y Lavalle el 5 de marzo de 1932, fecha en la que se realizó el primer festival de boxeo. En 1934, se techó el estadio que pronto se convirtió en el escenario cubierto más importante de la ciudad, apto para la realización de espectáculos deportivos, bailes, shows musicales y mitines políticos de distinto signo. El boxeo fue la actividad insignia, la que más tiempo y más veces hizo vibrar sus tribunas. Pascualito, Gatica, Prada, Lausse, Luis Federico Thompson, Accavallo, Locche, Monzón, Galíndez, Bonavena y Saldaño, entre tantos otros, gestaron noches que aún hoy se recuerdan. Pero el básquetbol (allí Argentina obtuvo en 1950 su único título mundial), el ciclismo (con los inolvidables Seis Días en Bicicleta), el voleibol y el tenis también tuvieron espacio para la emoción, junto con espectáculos emblemáticos que, como el Circo de Moscú, el Patinaje sobre Hielo o el catch con Karadagian y el Hombre Montaña entretuvieron a varias generaciones de argentinos.
Y no sólo eso. En el Luna cantaron Mercedes Sosa, Serrat, Sandro, Fito Páez, Frank Sinatra y Rodrigo, bailaron Rudolph Nureyev, Julio Bocca, Eleonora Cassano y Maximiliano Guerra, se despidió Sui Generis, Perón conoció a Evita, Diego Maradona se casó con Claudia Villafañe y el pueblo le dio el último adiós a Gardel, Canaro, Julio Sosa y Ringo Bonavena. El Luna Park fue un poro por donde respiró la vida de Buenos Aires. Y cuando Tito Lectoure le bajó el telón al boxeo en 1987, fue el tiempo de losmegamusicales: Drácula, El Jorobado de París, Las Mil y Una Noches. Toda esta historia ahora, corre serio riesgo de perderse. Hay un negocio millonario dando vueltas y los muros legendarios de Corrientes y Bouchard pueden llegar a quedar sepultados debajo de un montón de billetes verdes.

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Las marquesinas no serán lo que fueron en el Luna Park.
El boxeo no tiene espacio en la futura programación.
 
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