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Con la frustración por la derrota ante Once Caldas todavía en la memoria, pero con la confianza y la necesidad de volver a ser protagonista en el año de su centenario, Boca debutará hoy en la Copa Libertadores, cuando enfrente al Deportivo Cuenca, en Ecuador, en el primer partido del Grupo 8, que también integran Sporting Cristal de Perú y el Pachuca de México. “Lo único que espero es que el viaje y la estadía sean confortables, porque encima vamos a jugar a 2800 metros de altura”, explicó el entrenador Jorge Benítez poco antes de la partida. Boca arribó anoche a la ciudad de Guayaquil y unas horas antes del partido (23.10 hora argentina) se trasladará a la elegante y atractiva localidad de Cuenca, ubicada exactamente a 2550 metros sobre el nivel del mar.
La diferencia de metros entre la apreciación de Benítez y la realidad es un indicador: al técnico parece preocuparle más el rendimiento en la altura que las discusiones internas por su decisión de rotar jugadores y armar dos bases distintas para los partidos por el torneo local y los de la Copa. Con respecto a la polémica que se generó a raíz de la queja de algunos jugadores históricos, quienes sienten que ya no tienen asegurada la titularidad, Benítez consideró: “Es lógico que se sientan molestos porque quieran jugar. Al fin y al cabo, son campeones del mundo, son campeones de todo. Y creo que es correcto que estén así”.
Aunque Benítez no confirmó el equipo, se descuentan algunas modificaciones de peso, como los ingresos de Rodrigo Palacio y Marcelo Delgado en la delantera, en lugar del Mellizo Guillermo y Martín Palermo; las vueltas de Cristian Traverso, Aníbal Matellán, Alfredo Cascini y Andrés Guglielminprieto y el desempeño del colombiano Fabián Vargas como enganche, una posición que hasta el momento no encuentra dueño y tiene otros dos postulantes: Matías Donnet, que se lesionó ante Lanús, y el juvenil Luis Miguel Escalada.
Con esta base, Benítez intentará una victoria que traiga un poco de paz a su ciclo, como el apoyo que recibió del presidente del club, Mauricio Macri (ver aparte). Con respecto al rival de hoy, flamante campeón del fútbol ecuatoriano que vuelve a la Copa después de 31 años, Benítez consideró: “Es un equipo difícil. Pero yo confío en Boca, que es un equipo muy inteligente, con mucha experiencia. Vamos a ser cautelosos, pero estoy conforme porque llevo a los campeones del mundo”, insistió, más allá de que el dueño de ese honor es actualmente el Porto de Portugal.