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Boca no pudo imponerse ayer frente al Olimpia paraguayo, que le sacó un valioso empate a un gol, en un partido que tuvo mucha acción y que terminó jugándose a temperaturas bravas, con todos los vicios posibles de este tipo de encuentros de Libertadores. En el comienzo se lesionó Chicho Serna –¿esguince de rodilla?– y su salida resquebrajó la estructura del equipo de Tabárez, que a pesar de ponerse en ventaja con gol de Tévez y de haber tenido chances para ampliar, no consiguió controlar el trámite. Traverso, en contra, le dio en el segundo tiempo la igualdad a los visitantes, que aprovecharon la ansiedad de Boca e hicieron las cosas bien y simplemente.
El ingreso de Pérez por Serna y el pase a la posición de volante central de Battaglia no fue suficiente para compensar la ausencia del colombiano; la circunstancia la aprovecharon los paraguayos para plantarse con firmeza y algo de soltura en la zona media y desde ahí trabajar el partido. Boca tardó varios minutos en reaccionar y Olimpia pudo llegar primero, primero con un remate de Caballero que tapó Abbondancieri, después con un cabezazo de Cáceres que se fue alto.
Boca se repuso de la amenaza y comenzó a arrimar peligro al arco de Tavarelli –una de las figuras paraguayas– y tras un par de intentos más o menos precisos consiguió, a los 18 minutos, ponerse en ventaja: un centro pasado de Delgado que sobró a los centrales y le quedó a Tévez para un remate franco a la red. En desventaja, los paraguayos se adelantaron en el campo y, aunque la iniciativa parecía ser de los locales, Olimpia ganó confianza y llegó a generar más situaciones de gol, aunque sin llegar a resolver positivamente los finales.
El ingreso de Bracamonte, en el complemento, sirvió para animar a los locales, que se venían quedando individual y colectivamente; pero ese empuje duró poco, y Olimpia comenzó a buscar la igualdad, por el lado de Orteman –también figura–, aprovechando los errores locales. Y el empate llegó, a los 67, tras un mal rechazo de Traverso que descolocó a Abbondancieri y se metió junto al palo derecho.
Quedaba tiempo, pero el partido se fue ensuciando y calentando, y Boca lo aceptó así. Los de Tabárez tuvieron dos chances más: un remate de Delgado que pegó en los pies de Tavarelli y un centro pasado que no pudieron conectar ni Schiavi ni Bracamonte ni Riquelme.
Esta historia continúa y se resuelve en Asunción, en una semana.