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El domingo miraron el triunfo de Boca en el clásico con Racing parados en los paraavalanchas en la mitad de la tribuna de la segunda bandeja, donde siempre se planta la Doce; cantaron durante todo el encuentro, porque para ellos el fútbol también es fiesta, aliento y colores, además de negocio y violencia. Ayer por la mañana, frente al tribunal oral número seis, los barrabravas boquenses acusados de robo en banda y lesiones por la agresión a barrabravas de Chacarita en ocasión de un encuentro amistoso disputado a puertas cerradas en 1999 en la Bombonera, expresaron ante los jueces su arrepentimiento. No sirvió de mucho, ya que el Tribunal dio su veredicto y condenó, con penas que van de cuatro años y seis meses a tres años, a doce de los trece imputados, quienes quedaron en libertad hasta tanto quede firme la sentencia, que será apelada por los implicados y deberá pasar la Cámara Nacional de Casación Penal para que resuelva.
El fiscal Diego Nicholson había pedido penas de hasta 10 años de prisión por los delitos de “coacción agravada, robo en poblado y en banda y lesiones”, pero el Tribunal sólo encontró culpables a los barras boquenses del delito de coacción agravada, por lo que las penas quedaron reducidas prácticamente a la mitad, una solución que pareció agradar a los barrabravas boquenses, quienes a su modo festejaron el fallo como liviano y hasta se mostraron alegres por un futuro curso favorable cuando se evalúen las apelaciones respectivas. En tal sentido, el abogado de los miembros de la Doce, José Monteleone, se animó a hablar de “fallo salomónico” por parte de los jueces, quienes en su opinión, no encontraron elementos de prueba suficientes como para castigar con mayor dureza a los imputados.
En el mismo recinto del Palacio de Tribunales en que en 1985 fueron condenados los comandantes de la última dictadura y en el que en 1997 fueron condenados –en un fallo considerado ejemplar–, con penas de hasta 20 años de cárcel otros nueve barrabravas boquenses por los asesinatos de los hinchas de River Walter Vallejos y Angel Delgado ocurridos en 1994, los barrabravas imputados en esta nueva causa escucharon de parte del juez Guillermo Yacobucci –presidente del tribunal, que integran además los jueces Leonardo De Martini y Carlos Rongo– las sentencias, que luego iban a ser festejadas por los familiares y amigos de los procesados, que habían colmado la sala.
El presunto jefe de la barra brava boquense, Rafael Di Zeo, fue condenado a cuatro años y tres meses de prisión como coautor de coacción agravada por el uso de armas, mientras que su hermano Fernando recibió una pena de tres años y diez meses de cárcel. Las dos penas más duras, cuatro años y seis meses, recayeron sobre Diego Rodríguez y Juan Castro, también como coautores de coacción agravada por el uso de armas, el mismo ilícito que se le aplicó a los demás condenados. También recibió una condena de tres años y diez meses Armando “El Oso” Pereyra, en tanto que Fabián Kruger recibió una pena de tres años y seis meses. Menores fueron los castigos para Alejandro Falcigno, José Luis Fernández, Leonardo Chávez, Juan Carlos Alejo y Roberto Ibáñez, condenados todos a tres años de prisión en suspenso, durante los cuales deberán abstenerse de concurrir a estadios de fútbol. Por los mismos hechos, Humberto Salazar también fue condenado a tres años de prisión en suspenso, pero como registra otra sentencia penal en su contra, se le unificaron las penas y se le impuso la actual como de cumplimiento efectivo.
El único absuelto entre los procesados fue Víctor Croce, cuya sentencia, al igual que los fundamentos de las condenas, recién se dará a conocer el próximo lunes.
Al finalizar la jornada, el condenado Rafael Di Zeo consideró “un poco abultado” el castigo recibido y anunció que apelará la decisión ante instancias superiores. “Es un criterio que tiene el Tribunal. Creo que la sanción es un poco abultada porque lo único que se ve es una pelea. No estoy conforme, yo no coaccioné. Estoy tranquilo”, dijo el barrabrava poco después de escuchar al tribunal. Sin embargo, el abogado Monteleone, quienno pudo ocultar su alegría por el fallo, comentó: “el fallo es espectacular, porque prueba que no hay nada contra los hinchas de Boca. Y con este fallo se cae también la acusación por asociación ilícita. Iremos a Casación para apelar”.
Por último, el Tribunal ordenó una investigación por falso testimonio contra el barrabrava de Chacarita, Daniel “Pajarito” Benedetti, quien en los videos aparece como víctima de los ataques y de robo, pero con sus declaraciones cambió lo que había sostenido durante la instrucción de la causa y ahora no hizo sino favorecer a los barrabravas boquenses, situación que alimentó versiones acerca de un arreglo extrajudicial entre las partes que, por supuesto, fue desmentida por los implicados.