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La Selección perdió el clásico del Río de la Plata 1-0 frente a Uruguay, en el estadio Centenario y, por primera vez en las Eliminatorias, le cedió a Brasil la primera posición de la tabla. Con esta victoria, el equipo de Jorge Fossati mantuvo la quinta ubicación y accedió al repechaje con Australia, que se jugará en noviembre, por una plaza mundialista.
Tanto se habló antes del encuentro de la posibilidad de que argentinos y uruguayos “arreglaran” el resultado, para favorecer a los locales, en perjuicio de Colombia y de Chile, que el equipo de José Pakerman llegó a la cita con la obligación de obtener un triunfo que despejara cualquier comportamiento que pudiera considerarse sospechoso.
Quizá por todo lo que se dijo, tanto Pekerman como sus jugadores, e incluso el presidente de la AFA, Julio Grondona, insistieron en que “hay que salir a ganar” o “si hablan de arreglos que den pruebas” o eso de que a los argentinos “les gusta ganar hasta a la bolita”. Aclaraciones, por supuesto innecesarias, que no traían luz sino más bien distorsionaban aquello que debería sobreentenderse.
Lo cierto es que Argentina perdió, pero lo hizo con cierta dignidad, frente a un rival que se jugaba su última chance de ir al Mundial y que pegó hasta el último minuto. Acaso se le puede criticar a la Selección que no jugó el gran partido que hizo en el Monumental frente a Brasil. Es verdad. Incluso jugó ayer un poco peor que como lo había hecho frente a Perú, y no mejor que como jugó gran parte de sus partidos como visitante desde el arribo de Pekerman.
La primera parte del encuentro fue discreta. Sólo en los primeros minutos los locales parecieron tener la iniciativa, pero la Argentina no tardó en recuperar la pelota y, después de ganar algunos metros en la cancha, controlar el ritmo del partido. Si bien los dos conjuntos tuvieron chances de gol, se falló constantemente en la definición y ambos conjuntos debieron conformarse con irse al descanso sin goles. Ese resultado, por la victoria parcial de Colombia sobre Paraguay, dejaba a los locales afuera.
Argentina salió a jugar el complemento con la misma presión con la que debió encarar el partido: ganar o conservar el empate para evitar todo tipo de comentarios suspicaces. Pero poco le duró, porque en la primera situación que tuvo, Uruguay se puso en ventaja con un golazo de Recoba, quien conectó con la pierna izquierda, dando un salto ante una mala salida de Abbondanzieri, una buen cabezazo habilitante de Forlán.
Lo que siguió al gol uruguayo (que pudieron ser dos, si Recoba no falla gravemente en un mano a mano frente al arquero de Boca) fue claro. Argentina buscó, con ánimo ciertamente ligero, el empate, y tuvo varias chances para conseguirlo: un remate débil de Tevez, un remate de Delgado, un cabezazo de Sorin, un remate de Messi. Uruguay, en cambio, se replegó y soltó toda su dureza. Pegaron y pegaron los locales, hasta que el árbitro brasileño Wilson Souza, con quien no ganó nunca un visitante en las Eliminatorias, decidió terminarlo.

1-URUGUAY
Carini; Diogo, Lugano, Montero, D.Rodríguez; Varela, P.García, Recoba; Zalayeta, Morales, Forlán.
DT: Jorge Fosatti.
0-ARGENTINA
Abbondanzieri; Ponzio, Ayala, Samuel, Sorín; L.González, Battaglia, Ch.González; Riquelme; Tevez, Crespo.
DT: José Pekerman.
Estadio: Centenario (Montevideo). Arbitro: Wilson Souza (Brasil). Goles: 46m Recoba (U). Cambios: 62m Aimar por González, Delgado por Crespo (A), y Pouso por Zalayeta (U), 70m Estoyanoff por Recoba (U), 80m Messi por L.González (A), 90m D.López por Forlán (U).