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Corea del Sur y Estados Unidos establecieron ayer un conveniente empate por 1-1 que los dejó en las puertas de la clasificación. Con obvia mayoría coreana en las tribunas y extremas medidas de seguridad en torno al estadio, los locales salieron a atacar desde el primer minuto, aprovechando el aliento de su gente. Sin embargo, a los coreanos les costó derrotar al arquero Brad Friedel, quien tuvo una magnífica actuación; incluso atajó un penal. Clint Mathis abrió el marcador para los visitantes, luego de una jugada de contraataque armada por John O’Brien. Los coreanos cayeron entonces en la desesperación e incrementaron su ofensiva. Así llegó el penal de Jeff Agoos sobre Hwang Sun-hong, que el árbitro suizo Urs Meier no dudó en marcar. Pero el arquero Friedel respondió otra vez y contuvo el disparo de Lee Eul-yong. En el complemento, Corea pareció tranquilizarse y propuso un juego más ordenado. El empate llegó casi sobre el final, tras un cabezazo de volante del Perugia, Ahn Jung-hwan, quien había ingresado por Hwang Sun-hong, unos 20 minutos antes.