La Copa Davis estrenó ayer un nuevo escenario, muy lejos del legendario Lawn Tennis Club, donde hoy comenzará a jugarse la clasificación para el Abierto de Buenos Aires. El Parque Roca, en el sur de la Capital Federal, es el lugar donde se está disputando la serie entre Argentina y Suecia. De la misma manera que sucedió en River, cuando el equipo argentino fue local en 2003 ante Alemania y Rusia, el estadio fue montado con estructuras tubulares. Si bien mejoró notablemente todo lo relacionado a los accesos y las comodidades, en este caso el mayor inconveniente tiene que ver con la visión desde algunos sectores. Principalmente desde las esquinas, los hierros que hacen de baranda impiden la vista total de la cancha, y en consecuencia muchas veces no se sabe el lugar donde pica la pelota. Eso provocó el malestar de parte del público, teniendo en cuenta que ayer hubo cerca de nueve mil personas que se acercaron al parque de Villa Soldati.

Uno de los puntos que se perfeccionó fue el de la señalización para encontrar las ubicaciones indicadas. La persona que llegaba con su entrada rápidamente podía hallar el camino que desembocaba en el espacio elegido. Quizá, en algunos pasajes fueron demasiado celosos los carteles luminosos, donde se podía divisar hacia qué zona dirigirse en el caso de extravío. Incluso, las salidas de emergencia parecían exageradas, teniendo en cuenta que se trata de un parque. Por ejemplo, un cartel recomendaba “no correr”, en ocasión de que se genere tumulto. El Parque contó con personal de Guardia Urbana, perteneciente al Gobierno de la Ciudad, quienes se encargan de orientar a los espectadores y también recolectaban cualquier objeto que pudiera alterar la limpieza del lugar.

A pocos metros de la cancha había puestos de venta de comida y bebidas, con el único inconveniente que el público debía esperar demasiado para obtener su pedido, y las colas se podían observar desde adentro del estadio. A su vez, los organizadores tuvieron una idea original, y en el estacionamiento para autos, ubicado frente al parque, delimitaron los sectores con nombres de tenistas cuyas iniciales demarcaban cada lugar: así, el sector F le correspondía a Federer, el V a Vilas y el G a Gaudio.

Estas fueron las “novedades” que se pudieron detectar en la nueva casa de la Copa Davis. En definitiva, hubo más cosas para elogiar, que hicieron dejar en el olvido el viejo “Monumentalito” del barrio de Núñez.