El superclásico del domingo tendrá un condimento especial, ya que además de ponerse en juego la cima del torneo Clausura, debido a que River lidera las posiciones a sólo un punto de Boca, será el primer encuentro entre equipos que dirigen los entrenadores Alfio Basile y Daniel Passarella, dos técnicos que, como quedó demostrado cuando condujeron la Selección Argentina, entre 1991-1994 y 1994-1998, respectivamente, prefieren los planteos ofensivos, con absoluto protagonismo en el control de la pelota. Por los antecedentes de ambos conductores, se puede prever un partido atractivo, en el que se arriesgará más de la cuenta.

Después de la pobre actuación de Boca en el último superclásico disputado en el estadio Monumental, frente al conjunto que dirigía Reinaldo Merlo, en el que Boca salió a jugar con el freno de mano puesto y preso de una excesiva cautela casi no llegó al área de Lux (aunque hay que recordar también el tiempo que perdía Abbondanzieri en cada saque de arco), el conjunto boquense siente ahora que en la Bombonera debe recomponer esa imagen para ofrecerles a sus hinchas una actuación que esté a la altura de las circunstancias y la recuperación de la punta del torneo. Sin embargo, Basile trabajó en la semana para que sus jugadores tomaran ciertas precauciones y, además de atacar, supieran cerrarle los espacios a River, que viene demostrando lo peligroso que es cuando el juego se le presenta abierto.

Si bien en River se anuncia un planteo audaz, sobre todo desde el arribo de Passarella, que ya le impregnó al equipo su sello ganador, no se puede dejar de considerar el hecho de que un hipotético empate no le calzaría mal, teniendo en cuenta que será en la cancha de Boca, y eso le permitirá seguir manteniendo el punto de ventaja sobre su máximo rival. Igualmente, el poder de gol que viene exhibiendo el plantel de Núñez le permite aspirar a conseguir los tres puntos.

Como ambos entrenadores pretenden tener la iniciativa del juego, uno de los factores principales del partido será saber de qué lado estará más tiempo la pelota. El local suele construir su fútbol con las combinaciones de Gago e Insúa, mientras que River sostiene su esquema con la capacidad de Gallardo y Montenegro. Si bien este último viene acertando seguido en los arcos rivales, es el delantero que más se retrasa para acompañar al capitán en la conducción.

Los antecedentes de los conductores en el seleccionado argentino indican que Basile apostó más por sus jugadores de ataque, incluyendo en una formación a tres delanteros, un enlace y un volante central con características ofensivas. Por el lado de Passarella, aquella Selección siempre presentaba dos delanteros y un enlace, y en la zona media del mediocampo un jugador más dispuesto a la marca y la interrupción del juego rival.

El superclásico de pasado mañana podría transcurrir por estos carriles, si cada técnico respeta sus orígenes, desde que abandonaron la zaga central de la defensa para ubicarse del otro lado de la línea de cal.