Gabriela Sabatini confesó estar emocionada “como pocas veces” al confirmarse su ingreso al Hall de la Fama, un logro reservado sólo a los mejores tenistas de la historia. “La emoción me sobrepasa como pocas veces”, comentó la argentina durante una multitudinaria presentación en Miami, en la que se mezclaron periodistas y seguidores de la ex jugadora, que no dejaron de alentar ruidosamente a la “divina argentina”, como la presentaron, en casi ningún momento.

Las condiciones para ingresar al Hall de la Fama, que tiene su sede en Newport, en Rhode Island, son bastante estrictas: el o la jugadora en cuestión debe ser nominado y luego obtener, al menos, el 75 por ciento de los votos de un panel de expertos. El único argentino que tenía hasta ahora un lugar en el Hall de la Fama era Guillermo Vilas, ganador de cuatro torneos de Grand Slam. Junto con Sabatini ingresará el australiano Patrick Rafter.

Sabatini, que fue tercera del ranking, estuvo dos veces a un punto de conquistar el primer puesto. Su máximo éxito fue el título del Abierto de Estados Unidos, en 1990, además de la conquista del Masters en 1988 y 1994. Se retiró del tenis en octubre de 1996. “¡Ser parte de la historia del tenis...! No puedo pedir más”, aseguró Sabatini, que a menos de dos meses de cumplir 36 años se mantiene esbelta y radiante. Sabatini fue presentada por el veterano periodista estadounidense Bud Collins como la “divina argentina”. Butch Buchholz, fundador del torneo de Miami, advirtió a Sabatini de lo que le espera en julio, cuando ingrese al Hall de la Fama. “Preparate, tené a manos tus kleenex (pañuelos de papel), porque lo que vas a vivir en Newport es una experiencia única.”

“Desde el momento en que me enteré de que podía ser elegida, fue increíble. Y no pensé que se fuera a dar tan pronto”, confesó Sabatini. “Estas cosas son las que me hacen dar cuenta de lo que hice en mi carrera. El premio que me dio hace unas semanas el COI no me lo esperaba, y es muy importante, porque es algo que va más allá del deporte.”

Sabatini demostró que se siente hoy muy lejos del tenis, más allá de que en algún momento piensa dedicarse a la enseñanza con los más chicos: “Me cuesta creer a veces eso de que alguna vez jugué al tenis. Hoy mi vida es tan diferente... Pero el tenis fue para mí una elección de vida. Fui feliz jugando y, desde el momento en que dejé de serlo, lo dejé”, comentó la mejor tenista argentina de la historia.