En los últimos días, los empresarios del campo elevaron una propuesta al Gobierno donde ofrecían congelar el precio de cortes populares de consumo interno a cambio de que se flexibilice la prohibición de exportar. Cuando el presidente Néstor Kirchner puso fin a la negociación y restringió aún más las ventas al exterior, lamentaron que se haya descartado una opción que buscaba superar la situación actual a través del consenso. Sin embargo, la experiencia del último año indica que los distintos eslabones de la cadena nunca cumplieron las promesas asumidas al firmar otros acuerdos que también buscaban lograr una baja en los precios. Lo que sigue es un detalle de las principales negociaciones llevadas adelante desde marzo.

- 15 de marzo de 2005. Los frigoríficos acordaron con la Secretaría de Agricultura reducir 10 por ciento el precio de cinco cortes populares durante 90 días (asado, bife ancho, carne picada, paleta y carnaza). La propuesta contó con la adhesión de las cuatro cámaras (Cadif, Ciccra, ABC y Unica). A los pocos días

adhirieron los supermercados y las carnicerías, comprometiéndose a trasladar las rebajas de la carne al mostrador. Sin embargo, en las semanas siguientes la carne no bajó y los distintos eslabones de la cadena comenzaron a acusarse entre ellos.

- 15 de septiembre. El Gobierno firmó un nuevo acuerdo para mantener los precios de la carne hasta el 15 de diciembre en los niveles promedio que habían tenido durante la segunda mitad de agosto. Firmaron todas las cámaras frigoríficas y los consignatarios. Ese día Miguel Campos pidió un aplauso para los empresarios y destacó que “con este acuerdo vamos a lograr frenar las expectativas (de aumento) que se habían creado”. Al día siguiente, el presidente de la Sociedad Rural, Luciano Miguens, rechazó el acuerdo de precios argumentando que “las experiencias regulatorias de precios nunca resultaron exitosas en el país”. Los supermercados, en cambio, decidieron sumarse, pero el acuerdo tampoco dio resultado, pues la carne siguió subiendo, pese a los reiterados intentos por tratar de reflotar la negociación.

- 18 de noviembre. El Gobierno se cansó de negociar y decidió elevar las retenciones a las exportaciones de 5 a 15 por ciento y estableció un régimen de peso mínimo para los animales enviados a faena. Pese a ello los precios volvieron a trepar.

- 23 de enero de 2006. Desde Agricultura se decidió reincidir con los acuerdos, en esa oportunidad para congelar los precios por un año, pero todo terminó en un nuevo papelón, pues a último momento ocho entidades, representantes de productores y consignatarios, decidieron no firmar. La consecuencia fue obvia, los precios siguieron subiendo.

- 8 de marzo. El Gobierno decidió suspender las exportaciones por 180 días, para aumentar la oferta de ganado que se destina al mercado interno.