–Cómo presidente de River, ¿qué opina de lo que le pasó a Boca?

–A ver... Es algo que puede pasar, pero que en el fútbol exasperado de la actualidad es totalmente insoportable para quienes lo sufren. Lo de Boca fue “gallináceo” pero había hecho una gran campaña, sumado muchos puntos al comienzo, y los diarios hablaban de La Volpe como un fenómeno. Pero eso que le sucedió, le puede pasar a cualquiera.

–¿Y quién pagará el costo?

–Si hubiera ocurrido en River, lo habría pagado yo. Pero como sucedió en Boca... Podría ser (Mauricio) Macri, pero él goza de protección mediática, porque Boca ya no es un club de fútbol sino el buque insignia de la derecha argentina, que sueña con instalar a un presidente de la República.

–¿Les podría haber pasado a usted y a Passarella?

–A cualquiera. La diferencia es que si nos hubiera sucedido a nosotros, yo no hubiera podido estar acá.

“Acá” es, para el presidente de River, José María Aguilar, la sede central del Automóvil Club Argentino, adonde concurrió para confirmar un anticipo exclusivo de Página/12 del pasado 21 de noviembre: que el Rally de la Argentina de 2007 se largará desde el estadio Monumental con una súper-prueba especial en un circuito de 800 metros trazado en la cancha. Fue la primera aparición pública del dirigente riverplatense tras la derrota de Boca en la final del Apertura, un resultado por el cual Aguilar se declaró “feliz” antes de embestir contra el presidente de Boca en diálogo con este diario.

–¿Cómo le cae lo que pasó?

–Me pone contento, es obvio.

–Pero el entrenador de su equipo había asegurado que este torneo Apertura era “poco serio”.

–Por ahí no fue del todo afortunada la definición, pero sí es cierto que desde el punto organizativo el campeonato tuvo muchas irregularidades; de hecho, no terminó: falta jugarse un partido, Racing-San Lorenzo. Se suspendieron 10 partidos, hubo circunstancias que le quitaron calidad. Pero tuvo un final atractivo, más allá del resultado.

–¿Puede modificarse, a partir de esta experiencia, la forma de jugar los torneos?

–Lo de la final es algo para repensar. No se puede descartar esa posibilidad. Si hace cinco años, cuando asumí como presidente de River, alguien me hubiera propuesto organizar un rally en el estadio, le hubiera dicho que empezara de vuelta y hoy lo hacemos porque nos damos cuenta de la importancia que tiene poder ofrecer un espectáculo como ése, que lo verá el mundo.

–El rally se largará el jueves 3 de mayo, y el domingo 6 River será local ante Independiente. ¿No tiene miedo de que algo salga mal y la cancha no quede en condiciones?

–Siempre que hay un evento en River, los socios plenos que disfrutan el club sufren alguna incomodidad. Siempre hacemos lo posible para que se reduzcan al mínimo: fue así cuando tocaron los Rolling Stones o cuando un político nos pide la cancha para algún acto. Con el rally, como con todos los eventos, siempre se corre un riesgo. Pero en River yo aprendí que siempre, hagas lo que hagas, alguien se va a quejar. Con respecto al partido, si la cancha no está en condiciones, lo jugamos en Vélez y perdemos, voy a pagar el costo; si ganamos, no va a pasar nada.

–Volviendo al fútbol, ¿la decisión de Passarella de marginar al arquero Germán Lux no fue perjudicial para el patrimonio del club?

–Que los hinchas de River se queden tranquilos que vamos a defender el patrimonio. Voy a juntarme con Germán la semana que viene, para hablar con él, pero hoy por la mañana (por ayer) recibimos una oferta del Génova por su pase. Yo tengo una relación de mucho afecto con el jugador, pero es el técnico el que decide.

–¿De cuánto es la oferta? Porque la decisión de Passarella de marginarlo pudo haber reducido su cotización.

–Espere que primero lo sepa la comisión directiva.

–¿Y qué va a pasar con Ortega?

–Va a seguir. Se presentará a la pretemporada y lo vamos a cuidar.