Inglaterra implantó el “absolutismo” en la Champions League, propiciado por la autoridad que sus equipos han demostrado a lo largo del torneo y que permitió al Liverpool (que ayer venció 1-0 al PSV Eindhoven), el Chelsea y el Manchester United acaparar tres de las cuatro plazas de las semifinales del torneo. El Milan, que ayer venció 2-0 al Bayern Munich como visitante, es el “intruso” entre los aspirantes. Una excepción entre los candidatos que han evidenciado el estirón, competitivo y popular, que en los últimos años experimentó el fútbol británico: la de este año será la cuarta final consecutiva en la que haya un equipo británico.

El Arsenal es el único del cuarteto inglés que quedó al margen de la candidatura. No atraviesa su mejor época el equipo de Arsene Wenger, subcampeón hace un año, cuando perdió la final de París contra el Barcelona. Inglaterra invadió la Champions League. Y lo ha hecho con autoridad. Manchester United, Chelsea y Liverpool son, en este orden, los dominadores con claridad de la Premier League, un campeonato que se advierte, actualmente, por encima del resto de los torneos de Europa.

“El hecho de que tres equipos ingleses puedan estar en semifinales convierte a nuestra liga, probablemente, en la mejor de Europa. Hace seis o siete años la española era la mejor”, opinó Alex Ferguson, el entrenador del Manchester United. “En la presente temporada –añadió–, Barcelona y Real Madrid no son lo que fueron en otros años anteriores. La calidad y competitividad del fútbol inglés ha ido mejorando.”

Sólo España e Italia habían conseguido un hito similar: situar a tres de sus representantes entre los cuatro candidatos. Eran otros tiempos, cuando los clubes hispanos y peninsulares eran el objeto de deseo de los grandes futbolistas. Hoy las estrellas contemplan también el panorama de las Islas, con entidades en manos de multimillonarios que, como aquéllos, también ofrecen importantes recompensas pecuniarias por formar parte de sus proyectos. Los presupuestos de los grandes se han equilibrado. Pero Inglaterra cuenta de su lado con proyectos a largo plazo, con la pasión inigualable y el fervor de los hinchas, que ocupan como nadie los estadios y con una menor presión mediática. Y ahora ya pagan lo mismo.

El más reciente fue el caso italiano. En la campaña 2002-2003, con el Milan, el Inter y el Juventus en plena pelea por el título. El Real Madrid fue el cuarto aspirante. Años antes fue el fútbol español el que situó a una terna de candidatos a orillas del trono europeo. La de 1999-2000 no tenía precedentes. La mejor época del Valencia de Héctor Cúper, del Real Madrid de Vicente del Bosque y el Barcelona de Louis Van Gaal. El Bayern Munich fue el cuarto en discordia, pero eliminado por el cuadro blanco.