Ni siquiera las continuas molestias físicas parecen poder parar el paso arrollador de Guillermo Cañas. El tenista de Tapiales superó 7-6 (7-1), 6-7 (7-5), 6-2 a su compatriota Agustín Calleri y avanzó a la final del torneo de Conde de Godó, de Barcelona, que se disputa sobre polvo de ladrillo. Cañas padeció dolores en su espalda y antebrazo durante buena parte de las casi tres horas que duró el partido, pero eso no le impidió llegar a la definición del certamen, donde se medirá hoy (desde las 11, televisa Fox Sports) ante el número dos del ranking de la ATP y defensor del título, el español Rafael Nadal. El argentino, que de ganar se meterá dentro de los 20 mejores –hoy está 28– intentará quebrar la racha de 71 triunfos consecutivos que arrastra el mallorquín sobre polvo de ladrillo. “No me queda más que entrar en la cancha, disfrutar del momento y tratar de lograr lo que voy a ir a buscar: un triunfo”, adelantó Cañas, quien buscará su segunda consagración de la temporada –ganó Costa Do Sauipe– y la octava en su carrera.

Una contractura en el antebrazo, molestias en el cuádriceps de la pierna izquierda y una ampolla con sangre en un dedo del pie izquierdo que el médico decidió pinchar fueron algunos de los problemas con los que debió convivir Cañas a partir del segundo. Es que durante el primer parcial, tanto el de Tapiales como Calleri protagonizaron un partido muy parejo que terminó en el tie-break. En la definición, fue el bonaerense quien sacó a relucir su mejor repertorio para llevarse el set por un cómodo 7-1. Poco cambió en el arranque del segundo. De hecho, Cañas quebró y en el noveno juego sirvió para el partido. Pero no aprovechó dos match-points con su saque, comenzó a sentir molestias que lo obligaron a recibir varias veces la atención de un médico y, tras bajar su rendimiento, cedió el set. “Es algo que no me había sucedido nunca. Me pasó por la cabeza abandonar, pero después empezó el tercer set, se me fue calmando el dolor y al final me encontraba bastante bien”, contó Cañas.

Un prematuro quiebre en el tercer parcial le allanó el camino a Cañas para quedarse con una trabajosa victoria. “Le dolía el brazo, pero al rato me sacó del otro lado y me metió tres aces seguidos. Tanto no le debía doler”, ironizó Calleri. Su próximo paso será ante Nadal. El mallorquín derrotó 7-5, 6-1 a su compatriota David Ferrer en la otra llave de semifinales y ya lleva 71 partidos sin perder sobre polvo de ladrillo. Cañas será el encargado de derrumbar esa marca. Al menos llega con un fuerte antecedente: hace poco más de un mes venció al suizo Roger Federer en la segunda ronda del Masters Series de Indian Wells y le cortó una seguidilla de 41 triunfos consecutivos, a cinco de la marca que ostenta Guillermo Vilas. “No voy a jugar para quebrar la racha de Rafa. Para mí, lo que está en juego es el título de un torneo muy importante y lo que quiero es disfrutar de la final y jugar lo mejor posible”, señaló el argentino.

Nadal lidera el historial por 2-0. El español y el argentino se midieron en Acapulco y Roma, en 2005, con victorias, en ambas ocasiones para el mallorquín. “El historial no es más que un record. Hoy las circunstancias son diferentes. Igual él está jugando su mejor tenis, así que creo que va a ser un partido muy, muy difícil para mí”, reconoció el tenista de Tapiales, quien además bromeó que tiene que “entrar en boxes para solucionar todos los dolores”. “Cañas es uno de los mejores del mundo, comete pocos errores, corre mucho y es muy luchador. Será difícil superarlo en ritmo”, pronosticó Nadal.