Unas 90 mil personas le entregaron el calor y color típico que solamente los brasileños suelen darle a este tipo de celebraciones y participaron activamente en la ceremonia de inauguración de los 15°. Juegos Panamericanos. La fiesta, como no podía ser de otra manera, se llevó a cabo en el tradicional estadio Maracaná, con la presencia del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, abucheado por buena parte de los concurrentes. La nota negra de la ceremonia se dio en el retraso de casi una hora del inicio, debido a que se produjeron aglomeraciones y tumultos en la puerta del estadio por la falta de organización en los diferentes accesos.

La locutora Rosa Magalhaes dio la bienvenida a las 18, la reconocida cantante Elza Soares (la misma que fue esposa del ídolo Garrincha) interpretó el Himno brasileño y por los altoparlantes de la cancha comenzó a sonar “Viva esa energía”, elegida como la canción oficial de la competencia.

Diecisiete minutos más tarde fue el turno del comienzo de los desfiles. Y allí la delegación argentina fue la primera en pisar el campo de juego. Con la rosarina Luciana Aymar como abanderada, más de 250 deportistas y otros 100 oficiales se dieron el gusto de pisar el Maracaná y no ocultaron la emoción que les producía estar viviendo un instante único. Y para muchos irrepetible. Así pudo observarse a chicos del handball masculino como Gonzalo Carou y Ezequiel Pardales con cámaras en mano y filmando las cabeceras con el propósito de registrar la euforia que vivía buena parte de los cariocas presentes que, a pedido de la prefectura (intendencia) local, se vistieron “mayoritariamente” con remeras o camisas de tono claro.

Tras el desfile tradicional de todas las delegaciones llegó el turno de una ceremonia plagada de colores y los típicos ritmos musicales del Brasil: mucha samba y batucada. Hasta hubo tiempo para una alegoría sobre el río Amazonas. Después de dos horas de ceremonia hizo su ingreso al estadio la protagonista silenciosa y más esperada de la noche: la Antorcha Panamericana. Con el encendido del pebetero a cargo de Joaquim Cruz, atleta campeón olímpico, quedaron inaugurados los Juegos.