A punto de comenzar hoy, con tres partidos, la 12ª fecha del Apertura, los árbitros están en la mira. Si hace un par de semanas las críticas eran para Rafael Furchi, Héctor Baldassi o Federico Beligoy, ahora los más apuntados son Pablo Lunati, por su actuación en River-Central, y Saúl Laverni, quien dirigió San Lorenzo frente a Argentinos.

El gol del empate de Falcao, en el último suspiro del juego, encendió la polémica en el Monumental. Todo el plantel de Central saltó desencajado a la cancha para protestar la cantidad de minutos –marcó ocho y se jugaron diez– que adicionó Lunati. Pero el árbitro se mantuvo firme: “Volví a ver el partido más tranquilo y me di cuenta de que me quedé corto con la cantidad de minutos que adicioné. En un primer momento tendría que haber dado siete u ocho”, dijo ayer Lunati, aclarando que lo que se le informa al público mediante el cartel luminoso es “el mínimo de tiempo adicionado” y que a partir de allí “el árbitro tiene la potestad de seguir jugando varios minutos más”.

Lunati afirmó que “no es la primera vez” que adiciona tanto tiempo de descuento. “Ya lo hice dos o tres veces”, afirmó. Frente a la insinuación de que su decisión había favorecido a River, el polémico árbitro señaló que “ningún árbitro trata a los jugadores de acuerdo con la camiseta que lleva ni hace distinciones entre distintos equipos. Para nosotros –recalcó– todos los jugadores son iguales”.

Una mano en el área del defensor de River Nicolás Sánchez fue ignorada por el árbitro. “No la vi en la cancha, estaba en el sector opuesto, sólo intuí que le había pegado. Después a la noche, al ver la jugada por la televisión, me pareció que fue penal, porque fue más intencional que casual”, se defendió el árbitro.

Otra jugada polémica se registró sobre el final del partido, cuando el entrenador de Central, Carlos Ischia, pretendió hacer la última modificación e incluir a Azconzábal para defender una pelota parada, algo que Lunati no permitió. “La verdad es que no vi que estaba Azconzábal para entrar. Recién me doy cuenta cuando se da el incidente con la gente del banco de suplentes”, reconoció el árbitro.

Lunati también le respondió al arquero suplente de Central, Hernán Castellano, quien fue expulsado por increparlo en el tumulto del final y luego pidió disculpas, ya que había calificado como “loquito y delincuente” al árbitro: “Como hombre, acepto las disculpas; pero no como jugador, porque me parece que se pasó del límite”, afirmó Lunati. “Entiendo a los jugadores de Central, sé que se juega con nervios, pero yo tengo que estar al margen de eso.”

El otro partido con grandes polémicas de la jornada fue el que disputaron San Lorenzo y Argentinos. Allí, el árbitro fue Saúl Laverni, protagonista en varias jugadas que pudieron haber cambiado el resultado del juego, especialmente con el penal que cobró en favor del actual campeón del fútbol argentino. Lo más curioso de la jugada fue que, tras la sanción, el árbitro se acercó a su asistente Rodolfo Otero y dudó en ejecutar el penal. “Después de cobrar el penal me quedaron algunas dudas, pero prefiero ver bien la jugada por televisión”, declaró Laverni tras la victoria de San Lorenzo.