Dirigentes de Boca y el Villarreal cerraron ayer la transferencia de Juan Román Riquelme, quien, según lo previsto, arribará hoy al país. “Todo el mundo está contento porque Riquelme se va a poner la 10 de Boca, la cual nunca tendría que habérsela sacado. Falta que venga, firme (el contrato) y el viernes (por mañana) estará en el entrenamiento en Casa Amarilla”, manifestó ayer el dirigente boquense Juan Carlos Crespi, quien, además, se mostró confiado en que el jugador pueda jugar el Mundial de Clubes en Japón.

“Las chances están intactas, tengo fe en que lo va a jugar”, aseguró el dirigente en declaraciones radiales, apoyado quizás en el rumor de que una de las firmas auspiciantes del torneo habría solicitado al organismo rector del fútbol la inclusión del jugador para fomentar la trascendencia de la competencia, independientemente de las objeciones presentadas oportunamente por Milan y Pachuca, posibles rivales del equipo de Miguel Angel Russo en ese certamen.

Por su parte, desde España, el presidente del Villarreal, Fernando Roig, adelantó ayer que más adelante contará “lo que pasó” con Riquelme y por qué fue marginado del plantel por el entrenador chileno Manuel Pellegrini.“Dentro de poco tiempo contaremos lo que pasó con él. Ahora no es el momento, aunque el tiempo pone las cosas en su sitio. Vamos a dejar de hablar”, sostuvo.