La final del Mundial de Clubes que disputarán mañana Boca y Milan entró en la cuenta regresiva. El DT del conjunto boquense ya tiene definido el equipo que irá desde el arranque ante los italianos, con el ingreso del uruguayo Alvaro González por el colombiano Fabián Vargas, expulsado en la semifinal ante el Etoile, de Túnez. La idea del entrenador es plantar un equipo “equilibrado y reducir al máximo el margen de error”. La final se jugará en el estadio Internacional de Yokohama, a partir de las 7.30 (hora argentina), y será televisada en directo Fox Sports.

“Tenemos que ser equilibrados y aprovechar al máximo las ocasiones de gol que se nos presenten”, manifestó ayer Russo en la conferencia de prensa que ofreció en el estadio donde se disputará el partido más importante del año, que encima tiene tintes de revancha por aquella final de la Copa Intercontinental de 2003 en la que Boca resultó ganador ante Milan en la definición por penales, luego de terminar el encuentro empatados 1-1, con goles de Jon Dahl Tomasson y Matías Donnet.

En cuanto a las cualidades del rival, Russo remarcó la jerarquía del plantel del equipo de Carlo Ancelotti. “El Milan tiene jugadores de alto nivel internacional y muy buenos futbolistas italianos. Están en el podio de los mejores equipos del mundo, más allá de cómo estén en la Liga”, comentó el ex técnico de Vélez, Lanús, Estudiantes y Colón, que asistió a la conferencia acompañado por el defensor Jonatan Maidana.

“El Milan tuvo dificultades ante el Urawa Red Diamonds”, admitió luego el DT, antes de meter una de sus frases de cabecera: “Partidos son partidos”. Luego, Russo destacó que la actitud de su equipo será la de imponerse desde el arranque. “Boca saldrá a jugar su partido y tenemos que meterles mucha presión a los atacantes del Milan. Preparamos el partido pensando en tener mucho la pelota y tomaremos las precauciones del caso de los jugadores más peligrosos del Milan, pero estamos tranquilos”, dijo. Por último, en referencia al antecedente positivo de la final del 2003, el DT agregó: “Es una final y lo psicológico también juega”.

En cuanto al equipo, González se perfila como reemplazante de Vargas, desplazando a Pablo Ledesma. El uruguayo formó para los titulares ayer, mientras que el cordobés lo hizo para los suplentes, que contaron con Gracián, en la posición que juega el brasileño Kaká, y con Riquelme en la función que habitualmente cumple Pirlo.