Centro de Carrizo, no la pudo rechazar Villa, la acomodó Buonanotte y le quedó a Ortega. No quedaba ni un segundo disponible del descuento. Pero salió el tiro del final y River consiguió su primera victoria en la Copa Libertadores del 2008, ante el América de México en el Monumental.

Desde el inicio intentó adueñarse del desarrollo del juego, pero sus avances tenían poca profundidad. En esos primeros instantes, el equipo llegó a través de una aproximación de Falcao y otro cabezazo del defensor Tuzzio. La situación más clara estuvo en los pies de Ortega, quien remató desde afuera del área, y la pelota dio en la base del palo.

A pesar de ello, los mexicanos se fueron adelantando lentamente, salieron de ese pequeño asedio local, y comenzaron a controlar la pelota en el mediocampo. Además, esa situación contó con la complicidad de los errores que River producía en defensa. Precisamente, para sorpresa de todos, en una falla de Tuzzio, desembocó el gol de Cabañas. El marcador central perdió la pelota con Mosquera, quien envió un centro desde la derecha para que el goleador cabeceara sin marca.

Pese a la ventaja, América no resignó su propuesta y siguió manteniendo su línea de juego asociada, con la pelota por el piso. Así, Carrizo le sacó un tiro rasante a Cabañas y cuando River no encontraba el camino, Falcao marcó el empate con un toque de zurda, luego de que Abreu le bajara la pelota de cabeza al recibir un centro de Fernández.

River cambió su postura para el complemento con el ingreso de Alexis Sánchez, con mayor movilidad en ataque. De esa manera comenzó a desbordar al América por los costados. El arquero Navarrete se fue convirtiendo en una de las figuras. Las oportunidades de gol para River fueron numerosas pero entre el arquero y la falta de precisión de los delanteros el empate no se modificaba.

En todo este andamiaje, Ortega era el que llevaba hacia adelante al equipo que, con tres defensores en el fondo, se expuso a algún peligro con los contraataques del América. Simeone siguió buscando variantes ofensivas y decidió el ingreso de Buenanotte para acompañar a Ortega en la creación. A esa altura, el América había perdido la pelota y se refugiaba en su campo. Cuando parecía que el empate estaba clavado, y luego de las expulsiones de Falcao y Castro (por manosearse), apareció Ortega y su remate bajo luego de varios rebotes en el área.