La mayor esperanza argentina del Rally, Federico Villagra, vivió una odisea. Bien temprano, el acelerador de su Focus se quedaba trabado a fondo, de manera que el cordobés improvisó una solución, atándose el pie derecho al pedal y frenando con el izquierdo. Lo que vino más tarde fue peor. “Se rompió el caño de escape a la mitad –le cuenta a Página/12– y el humo entraba a la cabina. Fue tremendo. Desconecté el turbocompresor porque si aceleraba entraba fuego. Sigo gracias al aliento de la gente, que me pedía que no aflojara.” Villagra quedó octavo, a casi 26 minutos del líder Loeb. “Nos dijeron que había riesgo de que el auto se prendiera fuego”, señaló su navegante, Jorge Pérez Companc. En condiciones más sencillas que en la primera etapa, Loeb ganó 3 de los 9 especiales del día y lidera con 1m19s6 de ventaja sobre el noruego Petter Solberg. En el Grupo N, Marcos Ligato –que había prometido buscar la punta– abandonó pronto al romper el radiador de aceite de su Mitsubishi y fundir el motor. El mejor argentino en la clase es Sebastián Beltrán, que está tercero a poco más de un minuto del líder Andreas Aigner, y se ubica décimo en la clasificación general.