–¿Qué significó la convocatoria para formar parte del cuerpo técnico de la Selección de Diego Maradona?

–Para mí es una gran satisfacción. Porque después de tanto tiempo de haber trabajado juntos por última vez, allá por el Mundial de Estados Unidos de 1994, es un honor que Diego vuelva a confiar en mí, en este momento, en el que tiene una parada tan importante. Me gratifica muchísimo. De todas maneras, también me llamó la atención por la forma en la que se dio: no me esperaba que el ciclo de (Alfio) Basile se interrumpiera como sucedió.

–¿Por qué lo sorprendió?

–Pienso que las cosas no se estaban haciendo mal. Pese a que los resultados no se daban, creo que la clasificación al Mundial está casi asegurada. Una vez terminadas las Eliminatorias, con 40 días por delante para trabajar, Basile habría tenido tiempo para desarrollar la idea que él tenía para su equipo. Pero ahora tenemos que pensar en hacer lo mejor en este ciclo.

–Haber sido el preparador físico de Maradona durante más de una década, ¿puede facilitarle el trabajo?

–Sí. Porque es como en cualquier tipo de ocupación: cuando uno sabe quién es su compañero y cómo se maneja, de pronto existe la posibilidad de entenderse mejor, que siempre es algo muy importante.

–¿A qué van a apuntar específicamente?

–En esta primera parte es muy poco lo que se puede hacer realmente. Porque los tiempos no permiten trabajar mucho. Los jugadores llegan muy sobre la hora y eso no ayuda. Vamos a apuntar a la recuperación física de los futbolistas, que muchas veces llegan golpeados. Trataremos de ponerlos a punto, y fundamentalmente trabajaremos comprometidos con la idea de juego de Diego y con una historia tan rica como la de la Selección.

–¿Cómo va a jugar la Selección?

–La idea básica creo que está a la vista. No hay que ser muy pícaro para darse cuenta de que Maradona va a querer que su equipo juegue de una forma parecida a la que él lo hacía en la cancha. A lo mejor no podrá igualarse ese talento, pero sí intentaremos jugar con el compromiso de respetar la esencia del fútbol argentino: un juego asociado, que busca la tenencia de la pelota, que ataca constantemente. Esa es una idea básica y después lo iremos viendo.

–¿Se debe trabajar más en lo anímico y en el descanso antes que exigirlos demasiado en lo físico?

–Sí. Eso es fundamental. El jugador llega cansado, golpeado, con un viaje encima; para colmo, sufre el cambio de temperatura, porque el clima en Europa no es el mismo que en Sudamérica. Entonces, a un cuerpo que viene cansado, si uno lo sigue sometiendo a esfuerzos, seguramente lo va a cansar más. Hasta puede existir la posibilidad de que el jugador se lesione, y no es lo que queremos. La idea es hacerle la labor más fácil a Diego, con el objetivo de que los jugadores estén 10 puntos para los partidos.

–Con la calidad de jugadores que hay, ¿necesitan ir adquiriendo las ideas del nuevo técnico antes que tanto trabajo?

–Claro. Me parece que hay un montón de personas que están equivocadas y que insisten en trabajar demasiado, y no es así. Es obvio que los jugadores tienen que entrenarse, pero hay que encontrar un equilibrio. De ninguna manera uno puede trabajar mucho y no descansar. Porque es tan perjudicial como si trabajás poco y te la pasás descansando. Hay que encontrar un equilibrio, que nosotros vamos a poder encontrarlo.

–¿Lo impacienta que no se definan los ayudantes de Maradona?

–Todavía hay tiempo. Porque el cuerpo técnico tiene que conformarse recién para fines o mediados de marzo. En cuanto a ese tema, creo que Diego le está dando mucha importancia, ya que es algo delicado. Porque sería bastante grotesco que se elijan a unos ayudantes y después tengan que elegirse otros, porque el cuerpo técnico no funciona. Es lógico que trate de imponer a los que él quiere. Cuando uno elige, trata de llevar a gente que lo convenza, no sólo por la lealtad sino por sus capacidades, compromiso y varias cosas más.

–¿Qué le parece el cargo que le dieron a Carlos Bilardo?

–Muchas selecciones tienen coordinadores y pienso que si se ha llegado a esta decisión es porque lo han pensado bien. De todas maneras, yo voy a tener demasiado con lo mío como para estar ocupándome de los problemas de Bilardo, que seguramente sabrá cómo manejarlos. Ojalá que para el bien del grupo los maneje bien. Todos saben que yo soy menottista, pero será cuestión de intentar entendernos, para trabajar por el bien común.

–¿Con qué se ilusiona?

–A mí me gustaría una Selección que despierte en la gente ese sentimiento de afecto y cercanía, que la cancha sea una fiesta. El equipo tiene que ser vistoso, jugar bien y entusiasmar a la gente. Para que puedan disfrutar y tengan siempre la seguridad de que este equipo siempre sale a ganar. Así apuntaremos a no perder en el juego, ya que si no perdemos en el juego va a ser muy difícil que nos ganen en el resultado.

–¿Argentina puede ser campeón en el próximo Mundial?

–Es casi una obligación histórica. Además sería la mejor manera de homenajear a tantos jugadores y al mismo fútbol argentino, que desde hace muchos años tiene este potencial. Pienso que Argentina debe necesariamente llegar, o al menos hacer lo posible para llegar a la instancia más alta porque, de todas maneras, es lo que la gente espera.

Entrevista: Nicolás Sagaian.