Desde Glasgow

No fue una elección deliberada la de Diego Maradona. Más bien, cosas del destino. Pero el escenario para su debut como entrenador de la Selección Argentina tiene su carácter simbólico, es un lugar histórico. Es el Hampden Park de Glasgow, donde mañana se enfrentarán Escocia y Argentina, en un amistoso programado desde hace tiempo, cuando la Selección estaba lejos de ser convulsionada por el fenómeno que significó la designación de su mayor ídolo futbolístico como responsable del equipo nacional.

El carácter simbólico del Hampden Park se da porque justamente allí hace 29 años, el 2 de junio de 1979, Maradona convirtió su primer gol para la Selección. El primero de los 34 que anotó en los 91 partidos en los que jugó para el equipo, para el que había debutado dos años antes, como el más joven de la historia de la Selección.

Fue en el 31 con el que la Argentina de César Luis Menotti se impuso aquella vez en lo que es la única victoria sobre Escocia en el historial de ambos equipos. Los otros dos tantos fueron de Leopoldo Jacinto Luque, en un partido de tan alto nivel que el estadio entero festejó al ganador y a la estrella que empezaba a brillar.

Es uno de los motivos por los cuales los escoceses sienten una especial y singular devoción por Maradona, hasta hoy, cuando prácticamente todos los medios locales titularon las crónicas de su llegada a Glasgow indicando que había arribado “la mano de Dios”.

Recuerdan con especial gozo aquella picardía que Maradona les hizo a los ingleses, a los que los escoceses siempre desean alguna derrota o el escarnio, en el Mundial de 1986, cuando hizo dos goles históricos, uno con el puño y otro que se convertiría en uno de los más famosos de la historia del fútbol mundial.

Y ahora, otro motivo más para el orgullo, Maradona llega para el debut como entrenador. Los escoceses tienen la primicia mundial y la convierten en suceso.

La Federación Escocesa de Fútbol admitió que podría haber vendido 250.000 entradas para el partido. El asedio de la prensa es insólito para un amistoso. Fuentes de la organización aseguran que otorgaron 500 acreditaciones, cuando en realidad sólo podrían haber dado 350. La lista de espera es larga y las presiones de la prensa que aguarda van en aumento.

El Maradona de aquel primer gol tenía apenas 18 años y recién empezaba a ser una codiciada presa de caza para los medios. Hoy, en su regreso a Hampden Park, tiene 48 vividos intensamente, con tantas alturas como caídas y acaparando la atención de los que ahora están a la espera de ver lo que sucede en el debut de un nuevo desafío.