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A Coria lo espera, en la semifinal del viernes, el holandés Martin Verkerk, 24 años, 46º del ranking, al que nunca enfrentó, y que por primera vez pasa la ronda inicial de un Grand Slam. Verkerk es un grandote de un metro y 91 centímetros que saca muy fuerte: para ganarle a Carlos Moyá en cuatro sets conectó 27 aces; lleva 93 en sus cinco partidos en Roland Garros y 417 en la temporada... En el único título ATP que ha ganado, en Milán, marcó 109 aces.
“Voy a tener que convertirme en una pared para devolverle los saques, porque es increíble la potencia que tiene”, aceptó Coria, pero luego mostró su confianza. “Lo voy a hacer conocer todos los rincones de la cancha –prometió–. Lo voy a mover de un lado a otro para que su potencia no se note tanto. Vengo en un gran nivel y él también debe estar preocupado por tener que jugar frente a mí”, alertó.
Verkerk le lleva 21 centímetros al argentino, pero éste no considera eso como un problema. “Sí, me saca cuatro cuerpos pero también jugué contra Philippoussis en Hamburgo y no me impresiona.”
Después de perder, Moya caracterizó así al holandés: “Juega muy duro, muy fuerte, es muy difícil mantener una táctica contra un jugador como éste”. Y el argentino reconoció que hubiera preferido enfrentar al español, porque ya lo conoce y sabe cómo jugarle. “Además se daría un juego más abierto porque tenemos estilos muy parecidos”, se lamentó Coria. “Al holandés le cuesta moverse, pero cuando pega plantado hace daño -explicó Hernán Gumy–. Saca muy bien y con altos porcentajes, pero si Guillermo está fino en la devolución, lo podrá anular.”