¿En qué aspectos su trabajo como entrenador potencia al equipo?

–Les damos mucha importancia a los sistemas de bloqueo y defensa. El ataque es otra de nuestras prioridades. Pero debemos mantener equilibrio entre el poderoso deseo de ganar y la frialdad para percibir todo lo que está pasando. Eso nos ayuda a tomar las mejores decisiones.

–¿Cómo se logra?

–Cada uno debe enfocar su energía y, desde ahí, el equipo va creciendo en ambición y seguridad. Lo importante es mantener la tranquilidad.

–¿Siente que los jugadores experimentados tienen una gran responsabilidad a la hora de trabajar con los más jóvenes?

–Tienen el compromiso de transmitir la fuerza y tranquilidad necesaria para que el equipo rinda de la mejor manera en el momento oportuno. La seguridad, fruto de la experiencia, es algo fundamental que los máximos referentes deben transmitir a los jugadores más jóvenes.

–¿Se trabaja diferente con los jugadores más chicos?

–Sin la menor duda. No se prepara igual un jugador de 30 años que uno de 18. Las necesidades, tanto técnicas como físicas, son muy diferentes. De todas maneras, los chicos llegan en una situación cerca de lo ideal.