DEPORTES › ASI ES GREMIO, EL RIVAL DE BOCA

Un equipo que agremia las bondades sudamericanas

Dicen que tiene la experiencia copera de los argentinos, la incansable lucha paraguaya y la sed de triunfo brasileña.

La experiencia “copera” argentina, la sed de triunfo de la nueva sangre del fútbol brasileño y la lucha incansable paraguaya son la combinación que mejor etiqueta al Gremio de Porto Alegre para disputar la final de la Copa Libertadores. El “Tricolor Gaúcho” se presenta con el propósito de conquistar su tercera Libertadores, título que ganó en 1983 y 1995, intervalo de 12 años, el mismo lapso para la disputa de la actual final. En su undécima participación, el Gremio llegó a la final con el rótulo de tener en su plantel la experiencia “copera” de, por ejemplo, Rolando Schiavi, que está en duda para ser titular; Sebastián Saja, con amplia experiencia en el torneo de clubes más importante del continente, y el aguerrido centrocampista paraguayo Diego Gavilán, mundialista que fue una de las últimas incorporaciones del club.

Gavilán, procedente de Newell’s y quien había vestido la casaca del Inter, el otro equipo de Porto Alegre, y los veteranos delanteros Kelly y Amoroso fueron los refuerzos del Gremio para la recta final de la Copa Libertadores. Amoroso, campeón en 2005 con el San Pablo, disputa un lugar en el ataque con Ramón, Douglas y Carlos Eduardo, convertido al lado del creativo Tcheco en la gran figura del equipo ante la lesión del experimentado artillero Tuta.

El juvenil Lucas, consagrado con la selección Sub-20 campeona sudamericana y varias veces convocado al equipo mayor, fue perdiendo espacio con la llegada de Gavilán y el rol de figura en el equipo quedó en poder de Carlos Eduardo, destacado en sus participaciones, a pesar de haber iniciado el torneo como emergente.

Aquella última coronación de 1995 fue también la consagración internacional como técnico de Luiz Felipe Scolari, que luego fue campeón del mundo con Brasil y casi llegó a la final del Mundial 2006 con Portugal. Su sucesor es ahora Luiz Antonio Venker Menezes, que despunta como uno de los entrenadores más promisorios del fútbol brasileño, luego de su exitoso debut en la elite del “Brasileirao”, el campeonato nacional brasileño. “Conquistar este título (de la Libertadores) es nuestro objetivo principal en este primer semestre. Después tendremos mucho tiempo para recuperarnos”.

En 2005, el Gremio se decidió a mitad de temporada por el nombre de Menezes para el comando técnico en la recta final de la Serie “B” y el conjunto gaúcho, con una notable “mano” del entrenador, consiguió el título de la segunda división y el retorno a la máxima categoría. Tras relevar en el banquillo “tricolor” al uruguayo Hugo De León, uno de los ídolos del Gremio en su época como jugador en la década del ’80, Menezes se adueñó del cariño de los hinchas al entregarles un segundo título, el del Campeonato Gaúcho de 2006, esquivo para el Gremio desde 2001.

Menezes se caracteriza por inyectar al equipo una buena dosis de fútbol ofensivo, quizá la mayor diferencia entre el técnico de 45 años y Scolari, identificado siempre por sus aplicados esquemas defensivos.

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Tcheco, la figura del equipo brasileño.
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