La salida de Miguel Angel Russo de Boca dejó la puerta abierta a la polémica. El técnico completó un año positivo en el aspecto deportivo, pero no aceptó las modificaciones que los dirigentes pretendían en su grupo de trabajo y decidió no seguir.

“En el nuevo esquema de los dirigentes había colaboradores míos que no estaban y, por más que fuera Boca, no me podía quedar”, aseguró Russo. Cuando dentro de muchos años se revise la historia que unió a Miguel Angel Russo con Boca se recordará que el último partido que dirigió fue nada menos que una final del mundo en Japón y ante el Milan. Pero también se dirá rápidamente que mucho tiempo antes de ese histórico partido ya comenzaba a cuestionarse su continuidad en el equipo.

“Estábamos contentos por lo que significa pasar un año en Boca. Fue un año difícil para mí y también para el club: me tocó llegar en el primer semestre, con la candidatura de Macri en la Capital Federal, y después con las elecciones en el club. Pero fuimos competitivos en los dos torneos locales y tuvimos la suerte de lograr la Libertadores, que es la copa madre, y a partir de ahí se plantean todos los objetivos”, repasó Russo, haciendo un balance positivo de su ciclo.

El desencadenante de su salida no fueron los resultados deportivos, sino las modificaciones que pretendía realizar Boca en el cuerpo técnico que acompañó a Russo. Si bien no lo confirmaron, los roles cuestionados por el presidente, Pedro Pompilio, fueron el del preparador físico, Guillermo Cinquetti, y el de uno de los ayudantes de campo, Marcelo Trobbiani. La idea de los dirigentes es conformar un grupo de profesionales que perdure en el club y que no mute según el gusto del técnico de turno.

“Pompilio me dijo que buscaba otra forma de trabajo, y en el nuevo esquema había colaboradores míos que no estaban. No me podía quedar por más que fuera Boca. Si hubiese decidido otra cosa, no habría tenido la capacidad de darle una orden a un grupo de veinte jugadores”, aseguró Russo. Con relación a Cinquetti, quien lo acompaña desde hace diez años, Russo afirmó que es un “excelente profesional” y que los trascendidos que circularon en los últimos días lo “mancharon”.

Por otra parte, el entrenador se refirió a su vínculo con sus ex dirigidos y ratificó que siempre sintió el apoyo del plantel.

“Soy el primero que agradece haber trabajado con este grupo de jugadores, especialmente en la última etapa, en la que asumieron un rol de profesionales. Siempre sentí su apoyo.” En cuanto al futuro del club y especulando cómo podría funcionar Boca con el cambio de estructura que se pretende, Russo también dejó su impresión: “Esto lo responderán el tiempo y muchísimas cosas que sucedan”.