Tranquilos y con absoluta naturalidad fueron pasando los jugadores por la sala de prensa. Con similar sinceridad unos comentaban su superioridad y argumentaban ciertas lagunas, mientras los otros admitían su inferioridad y justificaban su escasa resistencia. “Sabía de antemano que había una enorme diferencia de ranking y que con poco me iba a alcanzar, y por suerte se dio así. A veces es difícil jugar en buen nivel de tenis cuando existe tanta diferencia, por eso me concentré en ganar lo más rápido posible”, confesó David Nalbandian minutos después de su cómoda victoria y mientras Calleri comenzaba a pelotear con Bogdanovic.

“Por mi parte, creo que no hice un gran partido”, inició su análisis el tenista de Unquillo que ganó las once veces que se presentó como local en la Davis. “Contra rivales buenos uno se concentra más, pero en la Davis es así, y lo más importante es ganar y darle el punto al equipo”, explicó David, quien sobre el final de la charla destacó que desearía enfrentar en cuartos de final a Suecia, en Buenos Aires, antes que viajar a Israel.

La misma sinceridad utilizó Jamie Baker. El escocés, de 19 años y con tres derrotas en sus tres presentaciones por Copa Davis, fue el primero en llegar a la sala de prensa y reflejó su serenidad ante un resultado por demás lógico. “Lo que sucedió es que Nalbandian es mejor que yo, nada más. No estuve nervioso ni sentí presión”, dijo el 235º del mundo sin temores y agregó: “El único punto que podemos apuntar a ganar es el del dobles”.

Mientras el cielo continuaba amenazando con aguar la fiesta, el otro cordobés, Agustín Calleri, resolvía sin sobresaltos el segundo trámite para dejar a Argentina a un paso de los cuartos de final. “No juegué todo el tenis que yo puedo dar. Fue difícil jugar contra alguien que no conocía”, indicó Calleri en la misma tónica que Nalbandian y precisó: “Mis mejores actuaciones fueron en la Davis. Me motivo muchísimo y eso potencia mi juego”.

Simple, lógica, previsible, así fue la primera jornada de la Copa Davis ante Gran Bretaña. Todo corrió por los carriles pensados, tanto en el juego como en las declaraciones. El equipo argentino llevó a la práctica sin problemas todo lo que la teoría le demandaba y rápidamente quedó a un paso de los ocho mejores del mundo.

Informe: Mariano Verrina.