Su tono de voz singular, entre agudo y disfónico, les imprime a sus charlas un sello particular. En el reciente V Congreso Latinoamericano sobre Salud y Derechos Sexuales y Reproductivos, que tuvo lugar en la ciudad de Guatemala, fue una de las oradoras que suscitaron más atención –recibió efusivos aplausos– por su ponencia “Derecho a decidir, derecho a disentir: entre el dogma y el libre albedrío”. Sobre ese tema habló luego con Página/12. María Consuelo Mejía Piñeros dirige desde 1994 Católicas por el Derecho a Decidir-México, una organización que ella contribuyó a fundar y que cuenta con entidades hermanas en otros nueve países de la región, entre ellos la Argentina. Trabaja por los derechos humanos de las mujeres, especialmente por la defensa de sus derechos sexuales y reproductivos. Su aporte fue muy importante en el proceso que derivó en la reforma legal que despenalizó el aborto en la ciudad de México tres años atrás. Antropóloga, con una Maestría en Estudios Latinoamericanos, fue investigadora del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Humanidades de la UNAM durante 15 años. El estudio de la posición de las mujeres en la Iglesia Católica es una de sus obsesiones. En 1994, formó parte de la delegación oficial mexicana a la Conferencia Internacional de Población y Desarrollo celebrada en El Cairo. Un año más tarde, participó en la delegación de las ONG en la Conferencia de las Mujeres celebrada en Beijing, y en los procesos de revisión a los cinco y diez años de las dos cumbres. Por su significativa contribución a la defensa de los derechos humanos de las mujeres, en 1999 recibió el premio del capítulo norteamericano de Amnistía Internacional. Y en octubre de 2006 el Instituto de las Mujeres del Distrito Federal la distinguió con la medalla Omecíhuatl por su destacada labor y liderazgo comunitario, y un año más tarde con el reconocimiento “A las Mujeres que Abrieron Camino en Política”.