El domingo que viene, los afiliados al socialismo en todo el país acudirán a las urnas para elegir autoridades partidarias y dirimir una disputa interna que ya lleva más de cuatro años. Sin embargo, el resultado de estas elecciones puede repercutir mucho más allá de los límites del partido de la rosa. En esta esquina, el sector oficialista, encabezado por el senador Rubén Giustiniani, que busca su tercera reelección como titular del PS, y a nivel nacional promueve una alianza política con el radicalismo. En esta otra, los disidentes, basados principalmente en la provincia de Buenos Aires y cercanos al gobierno nacional, llevan como candidato al diputado Jorge Rivas. Desde esta línea acusaron a la Junta Electoral de haber cometido “un cúmulo de irregularidades” para perjudicarlos. “Ellos quieren que no nos presentemos”, aseguró a Página/12 su compañero de bancada, Ariel Basteiro. El mediodía de hoy es la fecha límite que le pusieron a la junta para dar respuesta a sus planteos. Caso contrario, avanzarán con una denuncia judicial.

Luego de una semana de retraso, el jueves pasado se llevó a cabo la reunión de Junta Electoral, en la que aparecieron “novedades” que no cayeron bien en las filas disidentes. Las objeciones que presenta la línea de Rivas incluyen la cantidad de lugares para votación habilitados en cada distrito y la exigencia de que los fiscales electorales pertenezcan al lugar que van a fiscalizar, a pesar de que los comicios se lleven a cabo en un distrito único nacional. “Piden que la Junta Electoral autorice a los fiscales –explicó Basteiro–, lo cual es ridículo.” En diálogo con este diario, el diputado agregó que “habilitaron 240 lugares de votación en Santa Fe, mientras que en la provincia de Buenos Aires, que tiene un padrón similar, asignaron 70. Los afiliados de Tandil tienen que viajar hasta Balcarce para poder votar”, se quejó. Aunque consiguieron un compromiso de la junta de rever estos temas, el plazo para dar una respuesta vence este mediodía y anoche aún no había novedades. “Si no responden –anticipa Basteiro–, habrá una conferencia de prensa donde se explicará por qué decidimos asistir a la Justicia.”

La confrontación interna del socialismo puede afectar la distribución de fuerzas en el mapa nacional de cara a 2011: mientras que el sector de Giustiniani, Acuerdo Cívico mediante, funciona como socio de la UCR; el socialismo bonaerense tiene una excelente relación con el kirchnerismo y hasta algunos de sus referentes son o fueron funcionarios del Gobierno. Según Basteiro, esto puede desembocar en una sorpresa el domingo que viene: “Hay mayor nivel de repudio a Giustiniani por su posicionamiento político que lo que creíamos”, dijo el diputado, que rechaza que el socialismo se haya aliado a “la derecha cívico ruralista”.

Desde el entorno de Giustiniani insisten en que la alternativa es que el PS sea “manejado a control remoto desde la Casa Rosada”. Allí también están preocupados porque tienen otro frente abierto: tras dos períodos de Hermes Binner como gobernador de Santa Fe, su principal bastión, ahora los radicales, sus socios, pretenden imponer un candidato propio. Y un mal resultado en la interna, especulan, los dejará en una posición débil para negociar.

Además del titular del partido, el domingo 13 se elegirán los 25 miembros titulares del Comité Ejecutivo Nacional, más diez suplentes. También se ponen en juego tres puestos en las comisiones de Etica y Revisora de Cuentas. La lista Socialismo y participación, encabezada por Giustiniani, da por sentada una victoria, aunque le preocupan los márgenes. Desde Unidad Socialista, con Rivas a la cabeza, se esperanzan: “Vamos a sacar un porcentaje inesperado para ellos, e incluso para nosotros”.