Organizaciones campesinas, indígenas y de agricultura familiar de todo el país están armando una mesa coordinadora que los agrupe, diferenciándose de las cuatro entidades del agro y los exprese como sector. “En la Argentina hay 150 mil pequeños productores dedicados a la producción de alimentos y a cultivos regionales; son los que genuinamente viven en el campo y lo trabajan con sus familias y necesitan del apoyo del Estado”, definió ayer Osvaldo Lovey. Las organizaciones coincidieron en apoyar las retenciones móviles, con reintegros a los pequeños productores, “como una herramienta válida de regulación de los mercados y de distribución de la riqueza”.

El Frente Nacional Campesino, las Ligas Agrarias y el Movimiento Campesino Indígena son algunas de las cincuenta agrupaciones que, tras el primer encuentro realizado el martes en Rosario, firmaron una declaración común. La mesa, describió Lovey, agrupa a productores que están “por debajo de las 50 hectáreas, dedicados a la horticultura, la fruticultura, la miel, la cría de ganado para el mercado interno”. También hay trabajadores vinculados con producciones regionales como el tabaco, algodón, yerba mate y el té. “Este segmento de productores es el que tiene las mejores condiciones para asegurar la soberanía alimentaria. En otros países son los que generan los mayores volúmenes de alimentos. En la Argentina, en cambio, estamos abandonados a nuestra propia suerte.”

Para Benigno López (Movimiento Campesino de Formosa), la importancia de la iniciativa es que “ha reunido al 90 por ciento de los movimientos campesinos e indígenas. Es una mesa en formación, que todavía no está consolidada pero para la que empezamos una discusión seria”.