El gobierno chino lanzó su propio paquete de medidas para evitar un mayor contagio de la crisis financiera, pero operando en sentido contrario: reduciendo controles. La Comisión Reguladora del Mercado de Valores de ese país anunció ayer que permitirá la recompra de acciones sin consentimiento previo. El objetivo es frenar la caída en la cotización de los papeles del sector bancario, que la semana pasada se derrumbaron a causa de los coletazos de la crisis internacional. Los siete principales bancos del gigante asiático están infectados de deuda hipotecaria de alto riesgo. La respuesta del mercado fue un alza del principal índice accionario, Shanghai, que avanzó 7,8 por ciento, a contramano de lo que fue ayer la tendencia mundial, con un volumen de negocios de 17.28 millones de dólares.

La recompra se suma a la eliminación del impuesto de 0,1 por ciento que hasta ahora se aplicaba en China a cada compra de acciones. Por su parte, la compañía de inversiones estatal Huijin, que depende del banco central chino y tiene participaciones en distintos bancos nacionales, anunció la adquisición de acciones del Banco Industrial y Comercial, del Banco de China y del Banco de la Construcción, los tres más grandes del gigante asiático. La semana pasada, la capitalización bursátil de esas entidades se hundieron luego de que se conociera que tenían inversiones en papeles de la quebrada Lehman Brothers.

Ayer, siete bancos chinos que cotizan en la Bolsa anunciaron que en total cuentan con 721 millones de dólares en bonos de Lehman. De éstos, el Banco de la Construcción cuenta con una exposición en bono de Lehman de 191,4 millones de dólares; el Industrial, 151,8, y el de China, 128,8.