ECONOMíA › LOS MINISTROS DE BRASIL Y ARGENTINA INTEGRARáN UN GRUPO DE TRABAJO “ESPECIAL Y URGENTE”

Crean una comisión para evitar conflictos

La primera reunión se fijó para el 4 de marzo en Buenos Aires. Se focalizará en eventuales medidas para revitalizar el alicaído comercio bilateral, evitando daños mutuos y amparándose de la competencia extrazona.

 Por Cledis Candelaresi

La multitudinaria reunión que ayer tuvieron en Brasilia los ministros Jorge Taiana, Carlos Fernández y Débora Giorgi con sus pares de Brasil dan la pauta de la envergadura que las partes le dan a la relación bilateral, comprometida por la crisis global y las medidas proteccionistas con que amagan ambas administraciones para defender su producción, vulnerando los intereses del vecino. El sexteto de ministros integrará un grupo de trabajo “especial y urgente” que se focalizará en eventuales medidas para revitalizar el alicaído comercio bilateral, evitando daños mutuos y amparándose de la competencia extrazona, cuyo primer cónclave se previó para el 4 de marzo en Buenos Aires. “La relación con Argentina en tan fuerte y profunda que no hay conflicto comercial que no pueda resolverse”, tranquilizó ayer Lula. Los industriales de ambos países se llamaron a silencio para no entorpecer los esfuerzos de sus gobernantes, empeñados en despejar el camino con miras al cónclave presidencial del mes próximo.

Cristina Fernández de Kirchner y Lula se encontrarán a mediados del mes próximo, cuando la presidenta argentina viaje al país vecino quizás acompañada de una comitiva de empresarios. Pero el contacto de ayer fue un buen reflejo para mejorar de inmediato el clima que se enrareció luego de que Brasil amagara con crear licencias no automáticas para sesenta posiciones y Argentina anunciara la voluntad de imponer precios de referencias para unos 800 bienes adicionales.

Aunque con esmero diplomático, ambas administraciones sugieren que el meollo de la cuestión es la caída en la demanda interna e internacional que provoca la crisis global, y subsidiariamente el ineludible impacto en el comercio bilateral, durante la reunión en Itamaraty el foco estuvo puesto en la intimidad del bloque. Desde una posición menos amigable con el proteccionismo, Brasil admitió la necesidad de aportar recursos para financiar operaciones de comercio exterior y sostener la estrategia de que las controversias sectoriales se resuelvan a través de acuerdos entre privados.

“Tenemos el compromiso de defender la producción y el empleo argentinos”, sentenció Taiana antes de embarcarse, insinuando el tenor de la posición argentina en el cónclave. En el encuentro, los funcionarios locales pusieron en relieve que ya se registraron setenta meses de déficit consecutivos del comercio bilateral en desmedro de la Argentina y que las importaciones desde el país vecino incluyen una proporción mayoritaria y creciente de bienes industriales, que en algunos casos fueron una competencia sumamente dañina.

“De haberse aumentado la protección en el 2005 sobre heladeras, televisores y otros bienes, se hubiesen evitado conflictos posteriores”, comentaba ayer una fuente oficial desde la capital brasileña.

Brasil está muy preocupado por las licencias no automáticas de importación que Argentina aplica sobre una serie de productos. La realidad es que los sesenta días como tope para que la aduana local resuelva si habilita o no una operación suelen extenderse más, transformándose en una barrera que compromete la partida.

Otro desvelo de los brasileños es ser desplazados por proveedores asiáticos, cuyos precios vienen retrocediendo en la medida en que la crisis internacional se prolonga. En parte este temor tiene algún fundamento con registro estadístico. En el medio de un derrumbe del comercio bilateral, las ventas a la Argentina cayeron más de un 40 por ciento, bastante más que el promedio.

Brasil tiene sus propios problemas. Todas las exportaciones están derrapando y, según flamantes estadísticas del Ministerio de Desarrollo, en la segunda semana de febrero cayeron un 22 por ciento respecto del mismo momento del año anterior. El parate de la economía más grande de Sudamérica tiene su correlato en el empleo: los sindicatos metalúrgicos de San Pablo anunciaron un acuerdo para reducir salarios y jornadas con el fin de salvar 16.300 puestos de trabajo. Aun así, Brasil sigue siendo un competidor de fuste para la industria argentina, en particular para los sectores menos competitivos. Amén de que el déficit bilateral sumó en un año 4500 millones de dólares en detrimento de la Argentina, lo que insinúa que se trata de un problema estructural.

“Nunca fuimos tan bien preparados”, se entusiasmaba un funcionario de la Cancillería poco antes de subir al Tango 03 que llevó a la comitiva oficial hasta Itamaraty. Allí, oficiaron de anfitriones su colega, Celso Amorim, el titular de Hacienda, Diego Mantega, y el ministro de Desarrollo e Industria, Miguel Jorge. Hace tiempo que acá se les reconoce a los funcionarios brasileños una preparación técnica sólida, vital a la hora de negociar cuestiones intrincadas como las que se pusieron en la mesa.

Entre esos puntos de agenda estuvo el de analizar la posibilidad de extender el comercio administrado a otros sectores diferentes al automotor, donde probó su eficacia. Otro es el de reforzar la tarea de la Comisión de Monitoreo del Comercio Bilateral, que de ahora en más estará subordinada a lo que haga el flamante cuerpo ministerial binacional. También se pasó revista al tema financiero sobre la base de que Brasil pueda destinar más recursos para financiar operaciones de comercio exterior. La pretensión argentina no es extraña. El presidente colombiano, Alvaro Uribe, ayer pidió eso mismo para su país tras una visita a Lula.


Quejas contra Uruguay

Los industriales argentinos del sector del cuero se quejaron ayer de la negativa de Uruguay a subir los aranceles para el ingreso de productos de marroquinería al Mercosur. “Argentina planteó subir los aranceles de importación para la marroquinería del 20 al 35 por ciento. Brasil aceptó porque estaban teniendo muchas importaciones, pero Uruguay se negó. Pedimos que lo hagan exclusivo para Argentina y Brasil, pero Uruguay también se negó”, afirmó Raúl Zylbersztein, presidente de la Cámara Industrial de las Manufacturas del Cuero y Afines. “Lamentablemente, tenemos que pasar por el Mercosur para tomar estas decisiones que son gravísimas para la región y que lo único que hacen es destruir las industrias locales”, añadió el empresario, quien señaló que “Uruguay decidió no tener industria”. Zylbersztein consideró que “los países desarrollados están protegiendo a sus economías” y que “ya nadie puede defender el libre mercado”. “Nos tenemos que sentar a hablar y tomar medidas en conjunto para fortalecer el mercado regional, más allá de que cada país decida para su economía particular”, concluyó.

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Carlos Fernández, Jorge Taiana y Débora Giorgi reunidos ayer en Brasilia.
 
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