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Juan Carlos López Mena, dueño de la transportadora fluvial Buquebús, sigue dispuesto a incursionar en el negocio aéreo. Un año después de haber fracasado el acuerdo con el Gobierno y con Marsans para integrarse a Aerolíneas Argentinas, ahora se apresta a activar su propia línea aérea con sede en Uruguay y que disputará parte del mercado a la reestatizada compañía local. Pero poner en marcha el proyecto de cubrir con BQB varios destinos de Argentina, Uruguay y Brasil utilizando pequeños turbohélices no le está resultando tarea sencilla.

En mayo del año pasado, el dueño de la empresa que domina el traslado fluvial de pasajeros en el Río de la Plata anunció que se incorporaría al grupo Aerolíneas con un 37 por ciento del capital. En ese esquema, los españoles de Marsans iban a conservar el 30, y el Estado y los trabajadores se dividirían el 33 por ciento restante. Pero la operación quedó en la nada cuando López Mena vio los números de las auditorías de Price Waterhouse, y tomó conciencia de la inversión que hacía falta para levantar la compañía. También lo tentaron de la uruguaya Pluna para integrarse como socio, convite que desechó.

Finalmente, López Mena optó por instrumentar otra idea más sencilla y viable. Con un presupuesto de aproximadamente 38 millones de dólares, comenzó a montar BQB Líneas Aéreas, firma que tendrá sede en Colonia e inicialmente dispondría de dos ATR 72500 propios, aeronaves europeas de pequeño porte. Estos tienen la ventaja de consumir apenas un cuarto del combustible que las utilizadas por sus competidores para las mismas trazas. A decir de su gerente comercial, Sergio Machado, los aviones están listos, pero no así el permiso para operar.

A pesar de los buenos nexos con la administración uruguaya, Tabaré Vázquez incluido, la idea inicial de comenzar a volar este mes se habría demorado por lo menos “hasta noviembre”, a la espera de que salgan las correspondientes autorizaciones que debe expedir el gobierno uruguayo. Previsiblemente, Pluna intentará ofrecer resistencia a la incorporación de un nuevo competidor. No así Aerolíneas, que está sujeta a los acuerdos binacionales de reciprocidad, que permitirían a Uruguay disponer de más frecuencias para BQB.

El cronograma inicial de vuelos incluirá Colonia, Punta del Este, Porto Alegre, Buenos Aires, Rosario y Córdoba. La idea es que todos los vuelos pasen por la cabecera en Colonia. El sacrificio de tiempo se vería compensado por un menor costo del pasaje, que oscilaría entre el de un micro y el de otros aéreos. “De ningún modo nuestra idea es competir con Aerolíneas o con Lan”, tranquiliza Machado, asegurando que ofrecerá un servicio de otra categoría. Sin embargo, sus rivales saben que no pueden estar plenamente tranquilos. Desde que, en el mes de enero, López Mena decidió confirmar la veracidad del proyecto, que ya había trascendido a la prensa, no dejan de recordar el antecedente de Buquebús: comenzó compitiendo con Ferrylíneas, la empresa que reinaba en el cruce fluvial entre las costas argentinas y uruguayas, hasta que terminó engulléndosela para pasar a ser el patrón de ese trayecto.