La construcción cerró con una baja de 1,6 por ciento en 2009. Si bien el dato es negativo, el desempeño del último trimestre logró revertir, al menos en parte, la tendencia a la baja que se manifestó durante el año. En diciembre, la evolución interanual fue de 3,3 por ciento, mientras que en la comparación frente a noviembre se registró una merma de 0,9. La mejora en la construcción tiene influencia en la baja del desempleo que se dio sobre el final del año, ya que el sector es un fuerte empleador de mano de obra. Los datos provienen del informe mensual que publica el Indec.

En línea con el desempeño de la industria en general, el sector de la construcción repuntó en la última parte del año. Esos datos positivos también responden a las fuertes bajas de los períodos contra los que se realiza la comparación. Resulta que en aquellos últimos meses del año 2008, cuando la crisis comenzaba a impactar, las expectativas eran mucho más pesimistas de lo que fue la caída real. Al no convalidarse estas presunciones, porque el impacto en los países emergentes no fue tal y por las políticas de expansión de la inversión pública que dinamizaron la demanda, se comenzaron a registrar datos más auspiciosos.

En diciembre de 2008, la baja interanual había llegado a 8,1, y en meses como abril (-4,2), mayo (-3.9), julio (-6.8) y septiembre (-4) se dieron las caídas más pronunciadas de 2009. Hasta septiembre, la merma acumulada llegaba a 2,7 por ciento. El contraste se dio en el último trimestre, con subas en octubre (1,2), noviembre (2,3) y diciembre (3,3), lo que permitió que el año cerrara con una baja de 1,6. Esta mejora es relevante porque la construcción es un buen indicador de cuál es la dinámica industrial, por su peso en el índice pero también porque es un eslabón fundamental en muchas cadenas de valor.

El análisis de los despachos de insumos marca variaciones dispares en el acumulado del año. Asfalto creció 26,5, ladrillos huecos 8,1, pisos y revestimientos cerámicos 3,8 y pinturas para construcción 11,2. En cambio, cemento Portland bajó 5,1 y hierro redondo para hormigón 8,7. En diciembre, comparado con el mismo mes de 2008, los insumos tuvieron una evolución más positiva. El cemento Portland creció 6 por ciento, el hierro redondo para hormigón 19,9 y pisos y revestimientos cerámicos 12,8. En tanto, asfalto disminuyó 3,8 y ladrillos huecos lo hizo en 4,3.

Desde el sector indican que a lo largo del año la inversión pública tuvo una influencia positiva para impulsar el repunte. Estiman que mientras el nivel histórico que tuvo el sector público fue de un 20 por ciento de participación, durante el año de crisis se ubicó en un 28 por ciento. Además, remarcan el repunte que tuvo la iniciativa privada en los últimos meses. En diciembre, la baja más pronunciada provino de construcciones petroleras (-33,1). En cambio, viviendas creció 4,9 y obras viales lo hizo en 6,1.

Otro indicador del sector son las expectativas empresariales. En cuanto a la evolución de la actividad sectorial para el próximo trimestre, casi el 20 por ciento, tanto de los que se dedican a la obra pública como a la privada, estiman que aumentará. Sin embargo, hay más pesimistas en la obra privada, ya que el 38,7 por ciento piensa que la actividad caerá, en comparación con el 19,1 de los que trabajan con el sector público.

Frente a la pregunta acerca de qué tipo de políticas incentivarían al sector, la mayor parte de los que se dedican a la obra privada piensa que el impulso debería provenir de créditos destinados a la construcción. En cambio, los empresarios de la obra pública indican que la mejor medida estímulo serían las destinadas a la estabilidad de precios.

El sector de la construcción tiene fuerte impacto en el empleo, por ello es plausible que el alza en la actividad sobre el final del año haya influido positivamente para la baja en la desocupación que se produjo en el último trimestre. La construcción genera muchos puestos pero además buena parte de su demanda laboral es de empleos de baja calificación, lo que supone la incorporación al mercado de trabajo de los sectores más postergados. Sin embargo, tiene un grado de informalidad laboral más alto que el promedio, cercano al 50 por ciento.