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La Asociación de Consumidores Libres estimó que el boicot al consumo de carne vacuna convocado por esa entidad para esta semana tuvo un comienzo auspicioso. En el primer día, el lunes, ya se habrían verificado bajas importantes en las ventas al mostrador, que Héctor Polino –titular de Consumidores Libres– estimó que alcanzó al 40 por ciento en algunos puntos de venta. “Las repercusiones son enormes, lo estamos comprobando en varias provincias, y por la caída en la demanda ya hemos observado bajas en los precios en algunas carnicerías, que pueden ser del 5 o 6 por ciento, y en algunos casos llegan al 10”, señaló Polino, que indicó que “si se logró sólo con el primer día de boicot, quiere decir que si la medida se mantiene durante toda la semana es posible que alcancemos nuestro objetivo”.

El ex diputado y dirigente socialista subrayó que la protesta “no es contra los carniceros, tenemos bien en claro que no son ellos los formadores de precios”. Destacó que la medida estaba teniendo amplia acogida en buena parte del territorio nacional, según pudieron constatar por referencias que recibieron desde Córdoba, Santa Fe, La Pampa, San Luis, Mendoza y desde diversas localidades del interior bonaerense. “No hay una cultura muy difundida de este tipo de actitud de parte de los consumidores, como sí existe en Europa, pero si empezamos a darnos cuenta de que tiene efecto, eso puede ayudarnos a revertir aumentos como el actual, por razones claramente especulativas”, expresó Polino.

El principal responsable de Consumidores Libres reclamó que el boicot se extienda a las compras en cadenas de supermercados, incluso en días de oferta o rebajas. “Después, cuando arruinan al carnicero, las cadenas de supermercados imponen sus propias leyes; por eso no hay que comprar carne en ningún lugar”, dijo Polino. El objetivo de la entidad es que los precios vuelvan a los niveles de diciembre pasado.

Referentes de la comercialización minorista reconocían ayer en Liniers que hubo una caída en el consumo respecto de la semana anterior. Ello se vio reflejado en una baja en el precio del ganado en pie de 10 a 12 centavos por kilogramo en las principales categorías. El ingreso al mercado concentrador de hacienda del día de ayer fue de 8484 cabezas, unas 1200 menos que el martes de la semana anterior pero suficiente para abastecer la demanda y aun tener que ceder en el precio.

Alrededor del 40 por ciento de los ingresos correspondió a ejemplares hembra, en lo que representa una continuidad en la liquidación de vientres. La hacienda liviana de consumo aportó alrededor de 4500 cabezas, entre novillitos, vaquillonas y terneros, también en una proporción elevada.

En tanto, desde Santa Fe, el presidente de la Sociedad Rural de esa provincia respaldó las posturas que señalan a la escasez de ofertas de animales como causante de los últimos aumentos. “Se perdieron 1,3 millón de cabezas de ganado, con lo cual los precios no tienen que ver con un capricho de la gente del campo sino con el faltante de animales”, afirmó Hugo Iturraspe. Entre los diversos factores que alientan los aumentos, el dirigente santafesino destacó el hecho de los productores deban “vender vacas por la sequía y para seguir subsistiendo”.

Sin ser un sustituto perfecto (por volúmenes muy inferiores de ventas), la carne de cerdo está tomando un rol creciente. La implementación de la “barata” que se comercializa en cadenas de supermercados, a partir del acuerdo firmado entre criadores y el Gobierno el pasado 27 de enero, provocó un aumento en el consumo de carne porcina, según fuentes del sector. La “barata” está conformada por ocho cortes porcinos no tradicionales en el consumo, que van desde la milanesa a cortes económicos utilizados para guisados, con precios que se mantienen sin cambios desde septiembre de 2009. Entre los cortes comprendidos en la “barata” figuran la pata de jamón a 8,89 pesos; pata de paleta, $7,60; milanesas, $12,95; patitas y manitos, $2,60; rabo, 3,30; cabeza $2.00; riñón, 2 pesos, en todos los casos incluyendo IVA.