La Mesa de Enlace se mostró ayer conforme por el anuncio oficial de liberar la exportación de 10 millones de toneladas de maíz y un millón de toneladas de trigo, dos reclamos que venía manteniendo el sector. Además descartó por ahora impulsar un cese de comercialización de hacienda para protestar por la demora de algunas exportaciones de carne, como había reclamado Federación Agraria. Finalmente, se impuso la postura más moderada y los ruralistas esperarán para ver cómo evolucionan en las próximas semanas los distintos mercados mientras se preparan para elevar al Congreso un conjunto de proyectos que tiene como objetivo poner en jaque la política agropecuaria oficial.

“Hemos encarado planes de acción y afrontaremos de forma inmediata un profundo trabajo legislativo con proyectos de ley para obtener lo que no podemos obtener por otras vías en materia de la soja, el trigo y la carne”, señaló Hugo Biolcati, titular de la Sociedad Rural y uno de los principales impulsores de la estrategia parlamentaria. El objetivo principal es forzar una baja de las retenciones a la soja y otros cultivos, y modificar el papel que cumple la Oficina de Control Comercial Agropecuario (Oncca), organismo identificado por los ruralistas como la punta de lanza que utiliza el Gobierno para llevar adelante las principales directrices de su política. Según dijeron en varias ocasiones, para ellos la Oncca no debería regular los mercados, sino limitarse a sistematizar las estadísticas del sector, las cuales luego deberían ser usadas como un insumo para diseñar políticas públicas sectoriales.

Los empresarios aseguraron, no obstante, que la estrategia parlamentaria no entra en contradicción con eventuales protestas y movilizaciones que se puedan llegar a realizar en los distintos pueblos. “Se van a realizar muchas asambleas en el interior del país, acciones que vamos a acompañar” desde este nucleamiento ruralista, aseguró Carlos Garetto, titular de Coninagro. Las protestas siempre permanecen como una opción para los ruralistas porque saben que es el principal factor de presión que tienen, aunque desde las protestas de 2008 han venido en franco declive. De hecho, Federación Agraria realizó una manifestación en la localidad santafesina de Chabás el martes pasado y no pudo juntar siquiera a 500 productores. Ese día Buzzi igual se envalentonó y amenazó con un cese de comercialización de hacienda si se siguen demorando las exportaciones de carne. De hecho ayer volvió a insistir con el tema. Sin embargo, los dirigentes de las otras entidades descartaron la propuesta del federado.

“Antes de llegar a medidas de acción directa tan pesadas, hay caminos por recorrer”, aseguró Biolcati, quien apuesta todas las fichas al Congreso. “En 2008 ganamos la calle, el año pasado ganamos en las urnas y este año vamos a ganar en el Congreso”, señalaron cerca del empresario.

La liberalización de diez millones de toneladas de maíz y una de trigo, anunciada por el ministro Julián Domínguez el miércoles por la noche, fue clave para calmar los ánimos de los ruralistas. “diez millones de toneladas de maíz es una apertura irrestricta. Hay que ver la letra chica, pero en principio responde a nuestras aspiraciones”, dijo Biolcati. El empresario también elogió el boicot a la carne vacuna convocado por algunas asociaciones de consumidores. “Es una medida sana”, aseguró. De hecho, la medida es funcional a los intereses de los ganaderos, quienes desde hace varios años insisten con que el Estado debería promover el consumo de otras carnes, como pollo y cerdo, para que ellos puedan exportar carne vacuna sin tener que enfrentar presiones del mercado interno.