El Gobierno reiteró que no se están aplicando restricciones a las importaciones de alimentos y resaltó la convicción de “defender la industria nacional” en el marco de la normativa internacional vigente en materia comercial. Los empresarios nucleados en la Cámara de Importadores (CIRA) admiten que “la situación se va normalizando”, a partir de la liberación de los certificados sanitarios que supuestamente estaban frenados. Sin embargo, los supermercadistas, a quienes el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, les sugirió originalmente que no compren más alimentos importados, indican que la intención oficial sigue en pie. Por su lado, el gobierno uruguayo presentó una nota pidiendo explicaciones sobre la supuesta traba.

De forma similar a las declaraciones del lunes de la Presidenta desde Madrid, el ministro del Interior, Florencio Randazzo, aseguró que “el Gobierno no ha cerrado las importaciones de alimentos”. Aunque advirtió que “defenderá el desarrollo de la industria nacional en caso de dumping”. “Estamos adheridos a la Organización Mundial del Comercio (OMC), eso establece reglas de juego que tenemos que cumplir”, agregó el funcionario. Los empresarios aseguran, en contra de la versión oficial, que tales restricciones existieron, aunque ahora se van relajando.

“A partir de los dichos de la Presidenta, verificamos que se agilizó la entrega de certificados del INAL (Instituto Nacional de Alimentos)”, manifestó ante Página/12 el titular de la CIRA, Diego Pérez Santiesteban. Esta demora burocrática hacía de traba “de hecho” a la importación. “Sin embargo, no todos los importadores lo recibieron, y esta negativa no responde a un criterio. Durante dos semanas este trámite estuvo parado, pero ahora se va normalizando”, agregó el empresario. Empresarios aislados siguen reclamando por sus certificados para productos como pastas italianas, bebidas alcohólicas, quesos y vinagres, entre otros.

A pesar del discurso de los importadores, los supermercadistas aseguraron a este diario –con pedido de reserva de identidad– que la intención oficial sigue siendo que dejen de comprar alimentos importados. Las grandes cadenas son importadores directos y con su adhesión al pedido de Comercio Interior, Moreno se asegura la aplicación de la medida. En este sentido, la dinámica entre los importadores individuales y los supermercados parece por ahora distinta.

En sus declaraciones, Randazzo utilizó como argumento la defensa de la industria local “en casos de dumping”. El antidumping es un mecanismo para frenar la entrada de productos que se venden por debajo de su costo de producción. “Hay casos como los duraznos griegos en donde la competencia es desleal y la negativa a comprar es una medida más rápida y efectiva que comenzar una investigación por antidumping”, comentó un supermercadista. El problema que detectan es que, además de estos casos donde habría competencia desleal, la medida también alcanza a productos que “están en una zona más gris, y otros directamente en una bien oscura”, agregó el empresario, que participa de las reuniones con Moreno.

Informe: Javier Lewkowicz.