Sábado, 4 de diciembre de 2010 | Hoy
ECONOMíA › PANORAMA ECONóMICO
Por Alfredo Zaiat
La inflación es un tema convocante en la literatura económica y más aún en la Argentina, debido a sus antecedentes. Diversas escuelas de pensamiento ilustran sobre los motivos de las subas de precios que derivan en la conclusión de que se trata de un fenómeno multicausal. Impulsos provenientes de la demanda y deficiencias por el lado de la oferta se entrecruzan para abordar una cuestión compleja. Existen rasgos generales del funcionamiento de la economía que se aplican a todos los países y otros particulares que se refieren a la propia estructura productiva. En general, cada uno de los aspectos esenciales para comprender los precios de la economía es estudiado con sus respectivas estadísticas para brindar soporte a la respectiva evaluación. También se analizan la efectividad de las políticas públicas en un tema tan sensible para el bolsillo de la población. La mayoría de los economistas, ortodoxos y heterodoxos, examinan, opinan y sentencian sobre la inflación. Pero muy pocos investigan el ciclo primario de formación de precios, para luego pasar a los imprescindibles capítulos de la macroeconomía. Resulta fundamental dar ese paso para no equivocar el diagnóstico y la posterior intervención. Una característica peculiar de la labor profesional de gran parte de los economistas es ignorar, en este caso, la información básica sobre cómo y quién participa de ese fenómeno económico. No sucede en otras cuestiones controvertidas de la ciencia económica. En cambio, en el proceso de formación de precios está ausente el primer y determinante eslabón: las empresas. Esa protección deliberada al poder económico tiene su wikileaks en la rica y valiosa información que proporcionan los balances de conglomerados industriales que ejercen posición dominante en mercados clave para el presupuesto familiar. En el sitio de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires se encuentran esos balances que proporcionan datos interesantes que todo economista interesado en el tema inflación debería transitar.
Molinos Río de la Plata, controlada por la familia Pérez Companc, presenta en el mercado doméstico una amplia oferta de alimentos con diferentes marcas comerciales, constituyéndose en líder del sector. Ejerce lo que se conoce como posición dominante en rubros importantes, como aceites, harinas, alimentos congelados, yerbas, arroz, salchichas, pan rallado, caldos, margarinas, hamburguesas y otros productos más. Participa en forma destacada en la conformación de los bienes de la canasta básica del hogar. Cuando se habla de precios, en especial los de alimentos, Molinos debería ser entonces objeto de estudio de los economistas y de regulación por parte de los funcionarios encargados del área. Esa tarea colaboraría en una mejor comprensión sobre qué está pasando con los precios. Para eso los balances de Molinos entregan información sustancial.
La ganancia bruta en porcentaje sobre las ventas netas, indicador del margen que brinda el precio de venta de la producción, de Molinos ha mantenido una tendencia inmodificable desde el 2006: no ha parado de aumentar. En el rubro Marcas (productos de consumo masivo) la secuencia fue la siguiente, en los ejercicios cerrados al 30 de septiembre de cada año (el acumulado de tres trimestres):
- 2006: 24 por ciento.
- 2007: 26 por ciento.
- 2008: 28 por ciento.
- 2009: 32 por ciento.
- 2010: 34 por ciento.
Las ventas netas y la ganancia bruta también registraron un sendero similar, en millones de pesos:
- 2006: 967 y 237.
- 2007: 1146 y 295.
- 2008: 2010 y 564.
- 2009: 2021 y 655.
- 2010: 2445 y 824.
En el rubro Graneles (exportaciones de granos) del balance, en cambio, la ganancia bruta sobre ventas en los últimos tres ejercicios fue estable: 7 por ciento en 2008, 9 por ciento en 2009 y 8 por ciento en 2010. En ese negocio, el precio está determinado por el mercado internacional e intervienen las retenciones a las exportaciones.
Esos resultados evidencian que el recorrido muy importante de las utilidades de la compañía de Pérez Companc se origina en su política de alza de precios de alimentos de consumo masivo destinados al mercado interno. Se sabe que una mayor rentabilidad se puede obtener por mayor eficiencia, reducción de costos y aumento de productividad. Con una gestión de esas características, más volumen implicaría más facturación y más ganancias. Se ajustarían cantidades ante un incremento de la demanda. Pero esa mayor ganancia se puede obtener también por un incremento en los márgenes, aumentando los precios. Eso fue lo que se verificó en Molinos, además de probables mejoras en la productividad. El margen (ganancia) bruto sobre ventas en el rubro Marcas subió de 24 a 34 por ciento desde 2006 hasta este año, en un escenario de crecimiento de la facturación. La ecuación de Pérez Companc fue: más ventas, más precios y más margen de ganancias. Molinos ha subido los precios en forma constante por encima del alza de sus costos. En apenas cinco años ha incrementado en 40 por ciento la ganancia bruta sobre ventas.
Este análisis del balance de Molinos se puede replicar con otras grandes empresas vinculadas al rubro alimentos, como Arcor, Ledesma, entre otras. El holding de la familia Pagani ha contabilizado un trayecto notable de sus utilidades netas, en el acumulado al tercer trimestre de cada año, en millones de pesos:
- 2006: 143.
- 2007: 175.
- 2008: 240.
- 2009: 293.
- 2010: 373.
El grupo azucarero de la familia Blaquier muestra en su balance anual cerrado en mayo último una ganancia neta sobre ventas del 6,44 por ciento, 30 por ciento superior al del ejercicio 2009, cuando se había ubicado en 4,48 por ciento. La utilidad antes del pago de impuesto fue de 217 millones de pesos, 90 millones superior al balance anterior. Ledesma es productor de azúcar, de papel para impresión y escritura, tiene campos de cítricos y elabora jugos y tiene otros negocios agropecuarios. En la Memoria 2010, Ledesma explica que ese saldo positivo se debió principalmente a los mayores resultados registrados por las inversiones en sociedades controladas, al aumento del volumen de ventas de azúcar, al excelente desempeño operativo de todos sus negocios y “al aumento de los precios de venta de todos los productos del mercado interno”. Para compensar, también menciona “importantes” aumentos de costos y gastos.
La apelación a la buena voluntad de los empresarios para que no aumenten los precios tiene el mismo destino de fracaso que la fallida estrategia de negociación de los últimos años con los grupos concentrados y las grandes cadenas de comercializaciones.
La primera aproximación para tener un diagnóstico preciso para intervenir en el actual escenario de tensiones inflacionarias se encuentra en el wikileaks de los precios que se descubre en los balances presentados en la Bolsa. Las cifras de las compañías de Pérez Companc, Pagani y Blaquier ayudan a comprender un poco más la actual dinámica de la inflación. Recién después de transitar ese examen, que requiere analizar las características de la estructura económica con empresas con posición dominante en mercados sensibles, economistas ansiosos por las variables fiscales y monetarias pueden empezar a pensar estrategias de coordinación macroeconómica para hacer converger en tendencia decreciente las variaciones de precios y salarios.
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