Después de once años, el radicalismo volvió a encabezar una movilización masiva protagonizada por un candidato presidencial. Con ese regreso a las calles y frente a miles de personas, Ricardo Alfonsín lanzó oficialmente su postulación para encabezar la lista de la UCR y un “Frente Progresista” conformado por el Partido Socialista, el GEN y Encuentro Popular. “Estamos dando un paso importante en el camino que nos conducirá a la Casa de Gobierno en 2011”, aseguró Alfonsín en medio de un encendido discurso, en el que convocó a la “unidad” del partido y llamó a superar los “miedos” ante un eventual gobierno radical.

Acompañado por más de una veintena de dirigentes nacionales que integran el Movimiento de Renovación Nacional, Alfonsín lideró un acto en el que la estética, la mística y la retórica buscaron recuperar aquellos años de gloria del radicalismo en los que su padre, Raúl Alfonsín, se consagraba como presidente de la recuperación democrática. “Que se queden tranquilos, a nosotros no nos pasa más. Nadie mejor que la UCR para saber lo que es la inflación”, aseguró el diputado nacional durante su exposición, en la que ratificó su perfil progresista y pidió a la sociedad que lo acompañe.

Con la cadencia en la voz y la gestualidad de su padre, el diputado bonaerense aprovechó para responder las críticas que le llegan desde dentro y fuera del radicalismo. “Nos dicen que deberíamos tenerle miedo a la CGT. Cuidado, no hay que tener miedo, porque no hay nada más reaccionario que el miedo, ¡y yo no voy a enfrentar a los trabajadores, los trabajadores nos van a acompañar y va a haber una sociedad dispuesta a defender al gobierno popular!”, respondió Alfonsín.

Además, el diputado bonaerense lanzó un duro reproche a los que le critican su falta de gestión. En un generoso ejercicio de comparación, Alfonsín recordó que entonces nunca hubieran votado a John F. Kennedy en Estados Unidos, a Felipe González en España, a Nelson Mandela en Sudáfrica, a Lula da Silva en Brasil o incluso a Juan Domingo Perón.

“Los de afuera que se afilien al partido si quieren influir en las decisiones”, remarcó Alfonsín, en una frase que parecía destinada a su ex socia, la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió. Por primera vez en un acto del Morena, no hubo mensajes conciliadores para Lilita, señal de que ya no hay margen de retorno en la sociedad que supieron armar en 2009.

A un costado del atril rojo, con las letras “Alfonsín 2011”, escuchaban los senadores Gerardo Morales, Luis Naidenoff, Alfredo Martínez y José Cano; los diputados Gustavo Cusinato, Miguel Giubergia, Juan Tunessi, Ulises Forte y los dirigentes partidarios Angel Rozas, Mario Negri y Carlos Más Vélez, entre otros. Se destacaron las presencias de los senadores Juan Carlos Marino y Roy Nikkisch, que no forman parte del Morena, pero vienen acercándose al alfonsinismo.

Pero el gran ausente fue el titular del Comité Nacional, Ernesto Sanz, quien en los últimos días se ganó el rechazo de sus compañeros del Morena al dejar abierta la puerta para convertirse en competidor de Alfonsín en la carrera presidencial.

“No está en riesgo la unidad de la UCR. Me da vergüenza cuando leo en algunos medios que me reuní con Julio (Cobos) para acordar no agredirnos. Ese no es mi estilo”, sostuvo el bonaerense tendiendo un puente con el mendocino y omitiendo a Sanz en la compulsa.

Hubo, además, un importante lugar para las críticas al gobierno nacional, reconociendo el crecimiento económico pero subrayando la “falta de desarrollo”. Alfonsín señaló las deficiencias en el sistema educativo y criticó la corrupción. “Me parece bien los que quieren ganar dinero. Pero que se queden en el sector privado y no que ganen dinero en el Estado a costa de los pobres”, remató el bonaerense, quien sostuvo que “se acabó el despilfarro y vuelven las prioridades morales a la Argentina”.

Los organizadores hablaron primero de 20 mil, después de 25 mil y finalmente llegaron a 30 mil personas en el acto que contó con tres pantallas gigantes apostadas sobre la Avenida de Mayo, entre las calles San José, Santiago del Estero y Salta. Cálculos más austeros, pero no menos optimistas, hablaron de unas 12 mil personas, entre las que se destacó una importante columna de la agrupación juvenil La Cantera. Más allá del número, la convocatoria se ajustó a las expectativas radicales, teniendo en cuenta que se trata del primer lanzamiento de un candidato y en un año no electoral.

La última movilización protagonizada por un candidato presidencial de la UCR tiene ya más de 10 años. Fue en 1999, cuando Fernando de la Rúa encabezaba la fórmula de la Alianza, con Carlos “Chacho” Alvarez. Ayer, en un arriesgado desafío, el radicalismo volvió a las calles, luego de la peor crisis de su historia. “Muchos presagiaban la desaparición de la UCR, nos adelantaron la fecha de defunción. Hoy podemos decir: los muertos que vos matáis gozan de buena salud”, sostuvo otro de los oradores del acto, el ex gobernador Angel Rozas, titular del Comité Nacional durante los duros años post fracaso de la Alianza.

En un inusual tono moderado, el jujeño Gerardo Morales reconoció una serie de logros del gobierno nacional y remarcó la parte del vaso vacía. “Cómo es que con tanta plata ha caído la educación. No alcanza con la Asignación Universal por Hijo, que no es universal. Mientras cada vez se dan más subsidios, la gente sigue viajando mal”, sostuvo el presidente de la bancada de senadores, previo al discurso de Alfonsín.

El primer orador fue el nuevo titular del bloque de Diputados, Ricardo Gil Lavedra. “Venimos a acompañar al abanderado de los nuevos tiempos en Argentina. Venimos a respaldar a Ricardo Alfonsín”, señaló.