Miércoles, 9 de febrero de 2011 | Hoy
ECONOMíA › MERCEDES MARCó DEL PONT CUMPLIó UN AñO COMO PRESIDENTA DE LA AUTORIDAD MONETARIA
Luego de décadas de funcionarios de orientación neoliberal, la conducción del BCRA pasó a manos de una economista con planteos heterodoxos. Qué cambió y qué falta, mientras en el Congreso espera sanción la reforma a la Ley de Entidades Financieras.
Por Roberto Navarro
Hace un año, Cristina Fernández de Kirchner decidió dar un giro de 180 grados a la política del Banco Central. Luego de décadas en las que la entidad fue presidida por economistas neoliberales, la primera mandataria designó a Mercedes Marcó del Pont, una profesional alineada con el proyecto kirchnerista. Desde ese momento, las prioridades del Central son la producción y el empleo. Página/12 tuvo acceso a un informe reservado que Marcó del Pont le entregó a la Presidenta sobre sus primeros doce meses al frente de la entidad monetaria. Sus principales logros fueron –según el documento– la política de acumulación de reservas, la ampliación del crédito destinado a la producción, el pago de deuda pública con reservas y un fuerte impulso a la bancarización.
Entre las prioridades del BCRA estuvo elevar el porcentaje de bancarización de la población. “Desde el principio de la gestión empezamos a trabajar en el tema. Los bancos aceptaron resignar ganancias inmediatas con la intención de agrandar el mercado y ganar más en el futuro. Algo que hasta este momento no habían entendido. Vamos hacia un esquema mucho más barato para el usuario. La intención es incorporar al sistema formal a muchos que hoy se financian en cuevas de usureros, que hacen inviables sus negocios”, señaló Marcó del Pont a Página/12.
Lo que sigue es un resumen de los principales puntos del documento que le entregó la funcionaria a la Presidenta.
A lo largo de 2010, el BCRA profundizó la política de acumulación de reservas con el objetivo de ampliar el espacio de maniobra para la implementación de políticas contracíclicas en escenarios de shocks externos. Durante ese año, las reservas internacionales crecieron 4222 millones de dólares, alcanzando en diciembre de 2010 el record de 52.585 millones. Este incremento se llevó a cabo al mismo tiempo que se tomó la decisión de cancelar deuda soberana por 6570 millones de dólares. De esta manera, se incorporó a la política de acumulación de reservas la utilización estratégica de éstas, con el objetivo de apuntalar el proceso de desendeudamiento externo, consolidación fiscal y reducción de la vulnerabilidad externa que inició el país en 2003. El fortalecimiento de las tenencias absolutas de reservas también se tradujo en mejoras sustanciales de los ratios de cobertura de las mismas. Por ejemplo, el ratio reservas/PIB creció de 10,9 por ciento en 2003 a 14 por ciento en 2010.
El régimen de flotación administrada se articula con la estrategia de política económica global que privilegia la sostenibilidad y la consistencia del régimen macroeconómico, procurando promover el desarrollo y la generación de empleo. En este sentido, el esquema de flotación administrada se orientó a reducir la volatilidad cambiaria y a evitar la apreciación nominal del tipo de cambio. De este modo, se busca otorgar un marco de previsibilidad suficiente para estimular el ahorro y la inversión en el mediano y largo plazo. Si el BCRA no hubiese intervenido comprando dólares, se habría generado una caída del tipo de cambio que hubiese ubicado a la paridad del peso con el dólar en un rango entre 3,40 y 3,70.
La puesta en marcha y ejecución del Fondo del Desendeudamiento Argentino, lejos de traer los costos declamados por sus detractores, produjo una serie de beneficios concretos. El primer beneficio tangible del Fondo Argentino para el Desendeudamiento emerge como resultante de sopesar beneficios y costos de las distintas estrategias de financiamiento que podían aplicarse para el 2010. Si la deuda implicada se hubiese refinanciado a las tasas de mercado, el costo financiero a asumir hubiese sido totalmente desmedido: un 14 por ciento anual. Dada la baja rentabilidad que se obtiene por la inversión de las reservas, menos de un uno por ciento anual, se estima que la puesta en marcha del fondo generó un ahorro anual directo, en conceptos de intereses, del orden de los 900 millones de dólares.
Luego del episodio traumático de 2001-2002, es claro que el camino del desarrollo del canal del crédito en Argentina no puede ser el de los atajos, como dolarización, banca off shore y regulaciones mínimas, sino el sinuoso y largo sendero que conduzca a un sistema robusto y rentable, pero también orientado a acompañar el proceso de crecimiento con inclusión social. Uno de los objetivos claves durante este último año ha sido el de aumentar los niveles de crédito sobre bases sólidas, en especial el destinado a la producción. Así, por primera vez desde 2004, las líneas con destino esencialmente comercial comenzaron a manifestar niveles de expansión similares a los registrados por financiaciones al consumo, cuando en el lapso 2004-2009 el crédito al consumo fue mucho más dinámico que las restantes líneas. En cuanto a las cifras agregadas, los préstamos en pesos al sector privado afianzaron la recuperación iniciada a fines de 2009, exhibiendo a diciembre de 2010 un aumento en términos interanuales de 35,7 por ciento.
La motivación básica de la línea de financiamiento del Bicentenario es subsanar lo que típicamente se conoce como una “falla de mercado” que, en este caso, es la ausencia de financiación a mediano y largo plazo en proyectos relevantes. Para formular este programa se utilizaron los instrumentos ya previstos en la Carta Orgánica y que hasta el momento no habían sido empleados. Se prevé aplicar en esta línea hasta un máximo de 8000 millones de pesos, con un costo financiero total para el tomador que no supera el 9,9 por ciento anual. Hasta el momento se han efectuado tres licitaciones, octubre y noviembre de 2010 y enero de 2011, por un total de 1025 millones de pesos en proyectos con potencial para dinamizar sectores estratégicos.
En 2010, el Banco Central mantuvo las tasas de interés de sus operaciones de pases en niveles similares a los vigentes a octubre de 2009. No obstante, las tasas de corte de las subastas de Lebac que el Banco Central realiza semanalmente acumularon en el año una baja de 1,5 punto básico. Además, las tasas de interés activas de corto plazo continuaron su tendencia decreciente durante 2010, registrando descensos de hasta 3,4 puntos porcentuales (PP), como fue el caso de los préstamos personales, o más moderados, entre 2 p.p. y 0,6 p.p., para el caso de las líneas comerciales. La tasa de interés pagada por bancos privados por colocaciones en el segmento minorista se ubicó en torno al 9,1 por ciento, y tras compensar parcialmente la caída registrada los primeros meses del año, finalizó 0,3 p.p. por debajo del nivel alcanzado en diciembre de 2009.
La política financiera que impulsa el BCRA tiene entre sus objetivos principales contribuir a la universalización del acceso a los servicios bancarios. Con ese objetivo, en septiembre pasado creó la Cuenta Gratuita Universal, destinada a facilitar el acceso y estimular un mayor uso de servicios bancarios. Como resultado, a mediados de enero de 2011 la cantidad de ese tipo de cuentas se aproximaba a 34 mil, observándose un crecimiento diario promedio en lo que va del año de 650 cuentas. Por su parte, en función a la normativa vigente, el BCRA estableció que los movimientos en la cuenta en la que se acrediten remuneraciones (cuenta sueldo) no podrá generar costos para el trabajador.
La situación actual del sistema financiero bajo supervisión del BCRA ha consolidado en el corriente año los signos de fortaleza evidenciados luego de haber atravesado la crisis internacional en muy buenas condiciones. Los bancos retomaron un mayor dinamismo en la oferta de crédito, relajando algunas de las condiciones crediticias más restrictivas propias de la crisis. Los indicadores de performance muestran una evidente mejora, no sólo respecto de los valores existentes en el momento cúlmine de la convertibilidad sino también en la comparación con el 2009. A fin de fortalecer aún más la solvencia de las entidades financieras, y a tono con las propuestas que aún se están debatiendo sobre requerimientos de capital a nivel internacional, en los últimos meses el BCRA decidió implementar un requisito de conservación de capital. Así, una entidad financiera que posea resultados para distribuir podrá entregar dividendos sólo si su capital regulatorio, en el escenario posterior a la distribución de resultados, se mantiene al menos 30 por ciento por encima de la exigencia normativa.
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